Panorama Actual de las Lógicas Fuzzy o Borrosas en México
Moisés del Pino Peña
En años recientes, las aplicaciones de la Inteligencia Artificial
(IA) se han extendido notablemente gracias al desarrollo de mecanismos
de razonamiento que han contribuido a la creación de modelos para
la representación del conocimiento, los cuales son fruto, en buena
parte, de la utilización de los principios y conceptos de la Lógica,
sin los cuales tales logros, seguramente, no hubieran sido alcanzados,
o no lo serían aún. Más concretamente, la deuda de
IA es sobre todo, con las Lógicas Multivaluadas, las No-monotónicas
y, desde luego, con la Lógica Difusa (Fuzzy o Borrosa). Estas herramientas,
junto con otras, como las Redes Neuronales y los Algoritmos Genéticos,
han abierto las puertas al tratamiento de una gran variedad de fenómenos
y sistemas que resultaban, hasta antes de la aparición de aquéllas,
difíciles de definir -y, en ciertos casos, la tarea era casi imposible
mediante los modelos matemáticos convencionales, que suelen pensarse
como infalibles y exactos. Así, el surgimiento de dichas herramientas,
fundamentalmente de la Lógica Fuzzy, ha permitido que nazcan nuevas
aplicaciones, principalmente tecnológicas, para IA, en campos como
la teoría del control, la automatización de procesos, la
robótica, el procesamiento de señales, e incluso, los negocios
y la planeación financiera. Ciertamente, la Lógica Fuzzy
cobra día a día más adeptos, consolidando a pasos
agigantados su importancia y enorme utilidad dentro de la modelación
e interpretación de sistemas complejos.
Pero de todo esto, ¿qué ha sucedido con las Lógicas
Borrosas en nuestro país? ¿Ya han logrado aquí su
plena aceptación o, quizá, todavía no se conocen del
todo ni con la difusión que merecen?
A más de 30 años de que Zadeh acuñara el
concepto "conjunto borroso", y que Goguen formulara y construyera una estructura
lógica para los conceptos difusos, e innumerables desarrollos y
aplicaciones que les siguieron, encabezadas principalmente por Gupta, Kaufmann,
Yamakawa y Zimmermann, la presencia de la Lógica Fuzzy en México
es todavía un enigma, son pocos los espacios que ha podido colonizar.
Sin embargo, se encuentra en franca expansión, invadiendo, cada
vez con mayor éxito, nuevos escenarios en algunos de los que, hasta
hace muy poco, el sólo nombrarla parecía un sueño
y se consideraba como impensable y para más de uno absurdo,
uno de los cuales sigue siendo la Filosofía.
La Lógica Fuzzy, con toda su historia a cuestas, ya acompañada
de cierto reconocimiento y prestigio, traspasa y penetra la geografía
nacional, que no la intelectual, a fines de los años 70s.
Más que en forma de literatura y obras importantes en la materia,
que en ese entonces eran contados sus poseedores, y aún menos sus
conocedores o iniciados, lo hace encarnada en maquinaria y procesos de
automatización para la industria, mismos que vinieron a incrementar
de manera significativa la optimización y producción de aquellas
empresas aventuradas que decidieron experimentar con una de tantas, y no
la más valiosa, ni la principal, aplicación de la investigación
básica en IA. La pequeña revolución que trajo tras
de sí la Lógica Fuzzy en México, provocó que
un reducido y selecto grupo de investigadores, en su mayoría ingenieros
encargados del diseño y supervisión de mecanismos de control
automático, se diera a la tarea de traducir al castellano uno de
los trabajos fundacionales y germinales en el estudio de los sistemas borrosos,
la ya famosa "Introduction to the Theory of Fuzzy Subsets" de Kaufmann,
que estuvo lista en 1982. A pesar de ser la primera obra traducida
al español en este tema, lejos de ser un honor, es un serio reproche
para la ciencia mexicana, pues en España ya existía un grupo
dedicado a su estudio, que había contribuido con aportaciones
originales a su desarrollo, en el cual participaban, entre otros, los hoy
en día muy reconocidos profesores López de Mantaras y E.
Trillas; mientras tanto, en México, el logro de la mencionada traducción
pasó del aplauso al olvido, puesto que no había en nuestro
país una comunidad lo suficientemente consciente de la responsabilidad
que entrañaba un paso como el que se dio, no existía un auditorio
ávido de participar en la formación de un cuadro de profesionales
preparados en Lógica Fuzzy, tampoco un cuerpo de académicos
idóneo, porque casi todos consideraban el reto como titánico,
y de escaso interés, por el tiempo que demandaba invertirse, no
tanto para adquirir y dominar los conocimientos básicos de los conjuntos
borrosos, sino para generar aplicaciones propias a las exigencias de la
industria nacional. Todo ello hizo que la tan sonada y prometedora aparición
de la Lógica Fuzzy en nuestro país se frenara hasta casi
estancarse, volviendo a figurar de modo importante hasta las postrimerías
de la década de los años 80s y los albores de los 90s, protagonizada
por aquellas hordas de jóvenes investigadores que retornaban a México
una vez concluidos sus estudios en el extranjero, principalmente en las
áreas de la Informática, las Ciencias de la Computación,
y la Ingeniería de Control Automático, quienes inyectaron
verdadera vida y movimiento a herramientas como las Lógicas Borrosas,
impartiendo los primeros cursos formales y serios sobre éstas, concentrando
sus esfuerzos en instituciones entre las que pueden nombrarse el Departamento
de Ingenieria Eléctrica (en sus secciones de Control y Computación)
del CINVESTAV, el Centro Nacional de Cálculo del IPN y el recién
creado Centro de Inteligencia Artificial de la ITESM en su sede de Monterrey,
y, de manera aislada, se han diseminado algunos investigadores, sin llegar
a constituir grupos de investigación independiente, en los Institutos
de Ingeniería y de Matemáticas Aplicadas y Sistemas de la
UNAM, donde si bien existen proyectos sobre aplicaciones concretas de tecnología
borrosa en medicina y dentro de la genética de poblaciones en biología,
no por esta razón existen ni cursos ni programas formativos especializados
en Lógicas Fuzzy en dichas dependencias universitarias. Tal vez
en el interior de la Universidad Nacional sólo puede ser rastreada
la huella de la Lógica Borrosa como uno de muchos tópicos
abordados en las materias de Representación del Conocimiento, Estructuras
Lógicas del Razonamiento, y Redes Neuronales y Algoritmos Genéticos,
mismas que forman parte de la maestría en Ciencias de la Computación
que ofrece la UNAM, las que, con todo, se ofrecen esporádicamente
y siempre y cuando exista un grupo mínimo de estudiantes del área
de Inteligencia Artificial interesados en cursarlas, que no representa
la situación común por la que transita ese posgrado en nuestra
universidad. Una muestra alarmante pero representativa de lo dicho, la
constituye el hecho de que contra las cerca de 90 obras de consulta que
existen en Lógica Fuzzy en la UNAM -en su mayoría repartidas
entre las bibliotecas del IIMAS, el Centro de Instrumentos, la biblioteca
de posgrado del CCH, la propia de la Dirección General de Servicios
de Cómputo Académico, y hasta una colada en el IIF, sólo
hay 2 traducidas al español, y ninguna con la más mínima
colaboración de un investigador mexicano-, hay una sola investigación
de tesis en el campo de sistemas borrosos con aplicaciones en la Medicina,
y a nivel nacional el número de tesis en este rubro -ninguna de
las cuales es de doctoradono llega ni a 5. Como puede verse y juzgarse,
las Lógicas Borrosas con todas sus notables aplicaciones, son un
territorio por explorar aún en México, que sin quitarle lo
promisorio y fecundo, no deja de reservar sus primeras aportaciones para
los años venideros, motivo que estimula y justifica la creación
de talleres y seminarios que intenten formar a personas interesadas en
los sistemas borrosos, constituyendo grupos de discusión que contribuyan
con propuestas y proyectos originales para el desarrollo de la Lógica
Fuzzy en México y, con ella, de la Inteligencia Artificial y las
muchas aplicaciones tecnológicas que la acompañan.
Por supuesto, el territorio filosófico no puede ser la
excepción, ya que los conjuntos borrosos inauguran importantes problemas
y discusiones en Filosofía del Lenguaje y Filosofía de la
Mente, sin pasar por alto su deuda y legado con la Lógica y la Filosofía
de la Lógica; en especial, en cuestiones íntimamente relacionadas
con la representación del conocimiento, las estructuras formales
del pensamiento, el gradualismo ontológico y también epistémico,
los distintos modelos lógicos de razonamiento en IA, destacando
principalmente el razonamiento no-monotónico y el razonamiento aproximado;
y sus importantes vinculaciones con temas como la incertidumbre y la vaguedad.
En virtud de lo cual surge el deseo y la necesidad de organizar un Seminario
en "Lógica Borrosa y Razonamiento Aproximado", que por medio de
este ensayo expresa una atenta invitación a aquellos interesados
en asistir y participar en las reuniones que próximamente se espera
comenzar; todos los interesados favor de comunicarse al 532-21-20 con Moisés
del Pino Peña.
N. del E.: El Seminario de Lógica Fuzzy empezó a funcionar
el 29 de abril en las instalaciones del IIF de la UNAM.
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