(Como fruto de los años heroicos de la contracultura y la psicodelia, tenemos el divertido libro Principia Discordia de Robert Anton Wilson en que se propone la religión de Eris, diosa de la discordia. De ese libro traducimos la sátira a las técnicas argumentativas.)
El método socrático es muy exitoso con los ignorantes. Se le llama "método socrático" a empezar una discusión con preguntas. Se acerca uno al incauto y
simplemente pregunta "¿Sabía usted que el nombre de Dios es Eris, y que es una doncella?". Si llegara a responder "Sí", probablemente es un correligionario y
podemos ignorarlo. Si dice "No", rápidamente continuamos con:
La aserción ciega y decimos "¡Pues ES una doncella y su nombre es Eris!". Observe con cuidado si ha convencido al sujeto, en cuyo caso hay que inscribirlo en la Legión de la Discordia Dinámica antes de que cambie de opinión. Si no parece convencido, continúe con:
La apelación a la fe: "Pero usted debe tener fe. Todo está perdido sin fe. Me daría lástima que usted careciera de fe". Y añada:
El argumento por amenaza preguntando con voz ominosa, "¿Sabe lo que les pasa a quienes niegan a la Diosa?". Si titubea, no necesita decirle la manera en que reencarnaría, algo terrible de oír. Simplemente mueva la cabeza con tristeza y, enjugando una lágrima, vaya a:
El gambito de la primera causa, en el cual le recordará toda la discordia y confusión en este mundo y le preguntará "Bien, ¿quién demonios cree usted que provocó todo esto, Don Sabihondo?". Si responde que "Nadie, tan sólo fuerzas impersonales", responda rápidamente con:
El argumento por gimnasia semántica, y dígale que tiene toda la razón, y que esas fuerzas impersonales son femeninas y su nombre es Eris. Si todavía, maravilla de maravillas, permanece obstinado, acuda finalmente a:
El escape por el simbolismo y confiese que gente sofisticada como él pueden reconocer que Eris es el símbolo de una Realidad Metafísica Inefable y que el movimiento Erístico es más como un poema que como una ciencia y que si no se alínea reencarnará en algo horrible. Añádalo a su lista de correo.