Análisis Informal de Argumentos
Ariel
F. Campirán Salazar
Universidad
Veracruzana
Videoconferencia
TDL
Orizaba,
Ver. a 4 de mayo ´00
El título de esta videoconferencia expresa más
de lo que puedo hacer realmente en esta sesión. Sin embargo, el título es bueno,
porque lo que haré es justamente acercarme a tres argumentos y hacer una parte
del posible análisis conceptual,
ayudándome de algunos recursos metodológicos que la lógica informal ha
generado. Además, debido a que ustedes son un tipo especial de público
intentaré responder a un par de intereses que aunque distintos se encuentran
ligados a mi actual actividad intelectual, uno de ellos es la didáctica de la lógica y el otro las habilidades de pensamiento
analíticas. Espero presentar parte de mi propuesta didáctica de cómo hacer
análisis, así como la teoría y la práctica analítica que empleo al hacer
aplicaciones de, por lo menos, las habilidades analíticas de pensamiento que la
metodología Hiper-Col denomina como autobservación y juicio. Lo que haré es lo
siguiente, aplicaré la metodología COL (Comprensión Ordenada del Lenguaje) que
propuse al TDL en 1998 y que se publicó en La
Razón Comunicada.[1] Seguiré
la estructura de COL mientras me ocupo de tres argumentos, los cuales dejé sin
analizar en una reseña que hice sobre el libro Eutanasia, [2] de reciente
publicación, y que se encuentra publicada en el número 8-9 de la Revista Ergo, Nueva Época.[3]
Me centraré en las primeras columnas de COL y diré cómo analizar dichos
argumentos mediante la aplicación de por lo menos las dos habilidades de
pensamiento analíticas señaladas.
PRESENTACION
DEL LIBRO[4]
LA EUTANASIA
ARIEL F. CAMPIRÁN SALAZAR, UNIVERSIDAD VERACRUZANA
Autores: Dr. Arnoldo Kraus y
Asunción
Alvarez (1999)
Colección Tercer Milenio
CONACULTA Pp. 63
Quiero
aprovechar este espacio para dar a conocer un Libro de reciente publicación. Se
trata de un breve texto que recoge alrededor del tema de la eutanasia una serie
de datos y problemas que nos hacen pensar. He dividido mis comentarios en 11
breves apartados, los cuales espero den una idea general del Libro y motiven al
lector a conseguirlo, leerlo y reflexionar más sobre la eutanasia y lo que
implica.
1.
Comenzaré con la
estructura. 6
secciones temáticas, treinta subtemas en total. Cada subtema ocupa un par de
páginas.
2.
El formato: original, por la
disposición del texto, de las fotografías, de los iconos, de los títulos y
brevísimos resúmenes. Sin embargo, el formato no es el mejor por su tamaño de
letra, ya que obliga al lector a enfrentarse con una letra de 8 puntos y a
veces aún más pequeña.
3.
El contenido y
el objetivo: La
eutanasia es
el título, pero no es el único tema tratado. El suicidio, el sentido de la
vida, los derechos humanos sobre la calidad de vida, la pena capital, el dolor,
las concepciones religiosas, científicas y filosóficas sobre la muerte y la
enfermedad, también son temas que reciben atención, lo cual permite a los
autores lograr un marco conceptual para un objetivo específico explícito en la
p. 62: “este espacio pretende enriquecer las dudas y sembrar nuevas
discusiones”.
Algunas conceptos clave
para la comprensión rigurosa, académica, y existencialmente útil del tema
central son los de: autonomía moral, dignidad y autoconocimiento de su situación ante el dolor y la muerte, para el
sujeto que va a morir. Y los de tolerancia,
ayuda, y conservación de la vida, para quien va asistir de manera directa al
proceso de conciencia sobre una eutanasia viable, sea activa o pasiva. (Activa
cuando el sujeto solicita que se actúe directamente y se propicie el adelanto
de la muerte. Pasiva, cuando se deja de actuar a fin de llegar al mismo fin:
morir.)
Me detendré al final a
reflexionar sobre algunos de estos conceptos y para subrayar los argumentos centrales a favor de la eutanasia, a fin de
que se enteren, en este momento no discutiremos si están ustedes de acuerdo o
no.
4.
Las referencias:
libros citados, autores, pasajes seleccionados. Los hay sumamente atinados y que muestran lo que se
desea. Obviamente aparecen clásicos sobre el tema como E. Kübler Ross y
aquéllos médicos que han provocado serias polémicas sobre la eutanasia, el
suicidio, o simplemente la atención al paciente terminal, por ejemplo:
Geertrudia Postma, Jack Kevorkian (“el doctor muerte”), y Julius Hackethal,
entre otros. Sin embargo, cabe destacar cuatro referencias, de las cuales diré
algo pues me parece prudente que quien lea este texto pueda verse comprometido
con la lectura de aquellos:
a)
Dos
autoridades son clásicas: Sócrates a través de la pespectiva platónica, y
Epicuro.
b)
Dos
son contemporáneas, Thomas Nagel, un filósofo aún vivo, escéptico, pesimista
pero sobre todo agudo en cuestiones existenciales, vitales. Con una teoría
sobre la teoría del conocimiento y filosofía de la mente, que subyace al
planteamiento de estas cuestiones. Y la referencia a Syogal Rimpoche y su texto El
libro tibetano de la vida y la muerte. En donde explica los principios
Dzogchen: El Yoga del sueño, o los preparativos para la muerte consciente.
Un par de comentarios breves sobre estas referencias. Acerca de
Sócrates y Epicuro, es curioso que los autores del Libro no consideraran
explícitamente, quizá no lo saben por su formación (no filosófica), que ambos
clásicos defienden dos vertientes distintas sobre el problema de la muerte. Por
un lado Sócrates (Platón)[5]
presupone una concepción en donde el alma no muere, mientras que Epicuro
presupone la muerte entendida como anhilatio
totalis.[6]
Acerca de la referencia a Thomas Nagel, se
cita su texto traducido (pésimamente) por el FCE, en México, como La muerte en cuestión, y una
descontextualizada frase. Lamentablemente, no se dice más de él. Me atrevo a
decir que pudo haber ayudado al Libro conocer la teoría de la mente y de los
problemas vitales que tiene Nagel, pues su epistemología es suficientemente
rica e interesante para elucidar las cuestiones existenciales. Sus Obras, Mortal Questions y View from Nowhere permiten acercarse a sus ideas. Ambas se
encuentran traducidas muy mal por el FCE.
Finalmente la referencia a Syogal Rimpoche y
su texto es apenas y una mención tangencial, cuando su análisis, a mi modo de
ver, es un representante de lo que significa en trasfondos no occidentales el
problema de morir siendo consciente (Dzogchen) o prepararse para una muerte
digna (Yoga de los sueños): dos tesis rescatables del Libro Tibetano de los muertos, un clásico sobre el tema, en donde
se inspira Syogal para su texto.
5.
El marco teórico
de los autores o trasfondo: Notablemente occidental, comprometido a lidiar con el marco
“cristiano” sin hacer matices analíticos. No se detienen a precisar textos ni
interpretaciones judías y/o cristianas poco comunes (nunca citan ni hacen
referencia, por ejemplo, a los estudios kabbalísticos sean judíos o
judeocristianos), pero más consistentes, sino que se hace mención de las
interpretaciones trilladas de las escuelas religiosas y no tanto de los
filósofos o teólogos más analíticos.
6.
México y la
Eutanasia:
Curiosamente no hay ninguna referencia a que en México existe una Sociedad, con
impacto internacional, que cuenta con varios años con un conjunto de expertos
en Tanatología.
7.
El caso de Jesús: ¡suicidio pasivo o
asesinato! Es curioso que no se considere este caso, pese a tener como dije
antes un fuerte compromiso con las concepciones cristianas. Pareciera que no
estamos en México preparados para reflexionar sobre dicho caso.
8.
Las áreas de
conocimiento comprometidas:
¨
La
legal: macro y microjurídica
¨
La
moral: religiosa, filosófica, común
¨
La
médica: neurológica, psiquiátrica, psicológica
9.
Cita citable: Algo para reflexionar
sobre el estilo del texto, página 42.
“Mercitron. Kevorkian inventó este
dispositivo para conseguir un suicidio indoloro a través de la inyección de
sustancias letales. Todo el proceso es acompañado y supervisado por el médico,
quien practica una punción en la vena del enfermo para gotear solución salina.
La persona acciona por sí misma el aparato y activa la administración de los
otros medicamentos: el tiopental, que
causa coma profundo en unos treinta
segundos, y el cloruro de potasio,
que paraliza el músculo cardíaco en unos minutos. La muerte se produce por paro
cardiaco, sin dolor, durante un sueño profundo”.
10.
La tesis central
de los autores:
nunca dicen explícitamente si están a favor o en contra, supongo que a favor,
pues dedican mucho esfuerzo a mostrar que hay avances actualmente en cuanto a
abrir la discusión de su legalización o simplemente a tratar el tema, pese a
los conocidos temores de los sectores religiosos, sociales, y quizá hasta de
comunidades filosóficas.
11. Reflexión final y argumentos centrales del
libro.
Es inevitable detenerse a considerar algunos conceptos clave como los
de autonomía moral, dignidad y autoconocimiento de su situación ante el dolor y la muerte, para el
sujeto que va a morir. Y los de tolerancia,
ayuda, y conservación de la vida, para quien va asistir de manera directa al
proceso de conciencia sobre una eutanasia viable, sea activa o pasiva.
En primer lugar la distinción hecha por los
autores del Libro es atinada. Una cosa es lo que implica para el que va a morir
y otra lo que implica para los que le asisten. Sobre esta base conceptual,
resulta atinado también afirmar que la
actitud de la autonomía es clave para quien va a morir. Sin embargo, esta
autonomía entra en una tensión con la
actitud de la tolerancia. Vale la pena definir, no se hace en el texto.
Depende mucho de la definición que tomemos de ambas actitudes para que resulte
plausible una concepción práctica que pueda ayudar a la legalización de la
eutanasia. ¿Por qué? Simplemente, si la autonomía es una actitud (de re) de quien va a morir, y no sólo un
derecho (autonomía de jure), entonces
es requisito que la vida halla proporcionado suficiente madurez a quien va a
morir para que su ejercicio de la voluntad halla creado en él la actitud de
autolegislarse (este es el sentido filosófico fuerte de la autonomía moral de facto). ¿Acaso es viable, en la
práctica, que la gente alcance dicha actitud?
¿Por qué debo mostrarme tolerante ante quien no es capaz de autolegislarse, si mi acción
contribuye a mitigar un dolor, o quizá experimentar a fin de poder ayudar a otros?
¿El requisito de una vida feliz para una
muerte digna, no presupone también
una buena dosis de madurez existencial, de tal forma que quien va morir quizá
nunca logre ni el autoconocimiento
(falta definir que implica este concepto) ni la autonomía? Esta pregunta no es
ni siquiera sugerida por el libro, pero se encuentra en la base de la
propuesta.
¿Qué significa “ayudar”? Pienso que es una
habilidad que presupone conocimiento de lo que se va a hacer, a quien se le va
a hacer, y sobre todo, un fuerte compromiso actitudinal en saber esperar a que
el otro lo pida, de alguna manera racional. De otra manera, la ayuda es
egoísta. He ofrecido un intento de definición ya que en el Libro se invita a
ello.
Para terminar quiero citar y subrayar los tres argumentos centrales a
favor de la eutanasia que se mencionan en las página 55; los argumentos en
contra suelen ser comunes.
Eutanasia sí:
·
Porque
elimina el sufrimiento incontrolable.
·
Porque
salva la dignidad del sujeto
· Porque al respetar la autonomía se respeta la vida.
[1] Campirán, A. (1999) “Enseñar a Pensar”, en Morado, R. (comp.) (1999) La Razón comunicada, Ed. Torres Asociados, UX, UV, TDL, México. Capítulo 8, pp. 93-102.
[2] Kraus, A. y Álvarez, A. (1999) La Eutanasia, Colecc. Tercer Milenio, Conaculta, México. Pp. 63.
[3] Campirán, A. (1999) “Presentación del Libro: La Eutanasia”, en Ergo, Nueva Época, No. 8-9, marzo-septiembre, pp. 57-62.
[4]
Feria del Libro. 10 de
Octubre de 1999. USBI, Xalapa, Ver., México
[5] En sentido estricto Sócrates se confiesa ignorante respecto a qué sea la muerte: una de dos, o bien es el tránsito a otra forma de vida, o bien es la aniquilación total. Sin embargo, es Platón quien sostiene en boca de Sócrates la teoría de la transmigración e inmortalidad de las almas.
[6] La famosa Carta a Meneceo es la Obra en donde Epicuro expresa su teoría sobre la muerte y la vida. “Ella no es nada para nosotros, porque mientras somos ella no es, y cuando ella es, nosotros ya no somos.” La vida es para ser disfrutada bajo el principio de ataraxia: no perturbabilidad del alma; placer que de manera prudencial (frónesis) evita el dolor y elimina el temor a la muerte, gracias a la reflexión filosófica.