CM (11) - Hua I 64

Aber die phänomenologische èpoqué, die der Gang der gereinigten Cartesianischen Meditationen von dem Philosophierenden fordert, inhibiert die Seinsgeltung der objektiven Welt und schaltet sie damit ganz und gar aus dem Urteilsfelde aus, und somit auch die Seinsgeltung, wie aller objektiv apperzipierten35 Tatsachen, so auch derjenigen der inneren Erfahrung. Für mich, das meditierende Ich, das, in der èpoqué stehend [65]und verbleibend, sich ausschließlich als Geltungsgrund aller objektiven Geltungen und Gründe setzt, gibt es also kein psychologisches Ich, keine psychischen Phänomene im Sinne der Psychologie, das ist als Bestandstücke psychophysischer Menschen.5
CM (11) 68 - Hua I 64

Pero la èpoqué fenomenológica, que requiere del sujeto que filosofa la marcha de las meditaciones cartesianas depuradas, inhibe el valor de realidad del mundo objetivo, y con ello lo elimina plena y totalmente del campo del juicio, y por consiguiente, lo mismo que inhibe el valor de realidad de todos los hechos percibidos objetivamente, así inhibe también el de la experiencia interior. Para mí, el yo que medita, el yo que encontrándose y permaneciendo en la èpoqué [65]se pone a sí mismo exclusivamente como fundamento del valor de todos los fundamentos y valores objetivos, no hay, pues, ni yo psicológico, ni fenómenos psíquicos en el sentido de la psicología, esto es, como partes integrantes de seres psicofísicos humanos.