CM (12) - Hua I 66

Nicht als ob wir den großen Cartesianischen10 Gedanken, die tiefste Begründung aller Wissenschaften und selbst des Seins einer objektiven Welt in der transzendentalen Subjektivität zu suchen, preisgeben wollten. (Q.V.) Wir würden ja sonst seinen meditierenden Wegen, sei es auch unter kritischen Abwandlungen, nicht nachgehen. Aber vielleicht eröffnet sich mit 15der Cartesianischen Entdeckung des transzendentalen ego auch eine neue Idee von Erkenntnisbegründung, nämlich als transzendentaler Begründung. In der Tat, anstatt das ego cogito als apodiktisch evidente Prämisse für vermeintlich zu führende Schlüsse auf eine transzendente Subjektivität verwerten20 zu wollen, lenken wir unser Augenmerk darauf, daß die phänomenologische èpoqué (mir, dem meditierenden Philosophen) eine neuartige unendliche Seinssphäre freilegt als Sphäre einer neuartigen, der transzendentalen Erfahrung.
CM (12) 73 - Hua I 66

No es que queramos renunciar (Q.V.) a la gran idea cartesiana de buscar en la subjetividad trascendental la fundamentación más profunda de todas las ciencias e incluso de la realidad de un mundo objetivo. En tal caso no habríamos seguido las vías de sus meditaciones, ni siquiera modificándolas con nuestra crítica. Pero acaso con el descubrimiento cartesiano del ego trascendental se inicia una nueva idea de la fundamentación del conocimiento, a saber, la fundamentación trascendental. Efectivamente, en vez de pretender utilizar el ego cogito como premisa de evidencia apodíctica para hacer presuntas inferencias relativas a una subjetividad trascendente, dirijamos nuestra mirada al hecho de que la èpoqué fenomenológica pone al descubierto (para mí, el filósofo que medita) una nueva e infinita esfera de realidad, la esfera de una nueva experiencia, la experiencia trascendental.