CM (14) - Hua I 71

Es darf nicht übersehen werden, daß die èpoqué hinsichtlich alles weltlichen Seins daran nichts ändert, daß die mannigfaltigen cogitationes, die sich auf Weltliches beziehen, in sich selbst diese Beziehung tragen, daß z.B. die Wahrnehmung von diesem Tisch nach wie vor eben Wahrnehmung von ihm ist. 25So ist überhaupt jedes Bewußtseinserlebnis in sich selbst Bewußtsein von dem und dem, wie immer es mit der rechtmäßigen Wirklichkeitsgeltung dieses Gegenständlichen stehen mag und wie immer ich als transzendental Eingestellter dieser wie jeder meiner natürlichen Geltungen mich enthalten mag. Der 30transzendentale Titel ego cogito muß also um ein Glied erweitert werden: jedes cogito, jedes Bewußtseinserlebnis, so sagen wir auch, meint irgend etwas und trägt in dieser Weise des Gemeinten in sich selbst sein jeweiliges cogitatum, und jedes tut das in seiner Weise. Die Hauswahrnehmung meint ein Haus, genauer als dieses 35individuelle Haus, und meint es in der Weise der Wahrnehmung, eine Hauserinnerung in der Weise der Erinnerung, eine Hausphantasie in der Weise der Phantasie; ein prädikatives Urteilen über das Haus, das etwa wahrnehmungsmäßig dasteht, meint es eben in der Weise des Urteilens, wieder in neuer Weise ein hinzutretendes[72] Werten usw. Bewußtseinserlebnisse nennt man auch intentionale, wobei aber das Wort Intentionalität dann nichts anderes als diese allgemeine Grundeigenschaft des Bewußtseins, Bewußtsein von etwas zu sein, als cogito sein cogitatum5 in sich zu tragen, bedeutet.
CM (14) 79 - Hua I 71

No se puede pasar por alto que la èpoqué practicada respecto de toda realidad del mundo no altera en éste nada; que las variadas cogitationes que se refieren a las cosas del mundo llevan en sí mismas esta referencia; que, por ejemplo, la percepción de esta mesa es percepción de ella lo mismo antes que después. En general, toda vivencia de la conciencia es en sí misma conciencia de esto o de lo otro, como quiera que sea de la legítima validez de realidad de esto objetivo, y como quiera que yo, en cuanto sujeto en actitud trascendental, me abstenga de hacer esta valoración, como de todas mis valoraciones naturales. El título trascendental del ego cogito tiene que ampliarse en un miembro: todo cogito, toda vivencia de la conciencia, decimos también, asume algo, y lleva en sí misma, en este modo de lo asumido, su peculiar cogitatum. Y cada una lo hace a su modo. La percepción de una casa asume una casa, más exactamente, como esta casa individual,/80/ y la asume en el modo de la percepción, como el recuerdo de una casa en el modo del recuerdo, la representación imaginaria de una casa en el modo de la representación imaginaria, un juicio predicativo sobre la casa, que v. gr. "está ahí" para la percepción, la asume precisamente en el modo del juzgar, como a su vez de un nuevo modo un [72]valorarla que además se practicará, etcétera. Las vivencias de la conciencia llámanse también intencionales, pero a condición de que el término de intencionalidad no signifique otra cosa que esta propiedad fundamental y universal de la conciencia, consistente en ser ésta conciencia de algo, en llevar la conciencia en sí, en cuanto cogito, su cogitatum.