CM (17) - Hua I 77

Die Zweiseitigkeit der Bewußtseinsforschung (die Frage nach dem identischen Ich lassen wir jetzt noch unberücksichtigt) ist deskriptiv als eine untrennbare Zusammengehörigkeit zu charakterisieren, die Verbindungsweise, die Bewußtsein mit Bewußtsein einigt, als die dem Bewußtsein ausschließlich eigene der 30Synthesis. Nehme ich z.B. das Wahrnehmen dieses Würfels zum Thema der Beschreibung, so sehe ich in der reinen Reflexion, daß dieser Würfel kontinuierlich als gegenständliche Einheit gegeben ist in einer vielgestaltigen wandelbaren Mannigfaltigkeit bestimmt zugehöriger Erscheinungsweisen. Diese sind in ihrem 35Ablauf nicht ein zusammenhangloses Nacheinander von Erlebnissen.[78] Sie verlaufen vielmehr in der Einheit einer Synthesis, dergemäß in ihnen ein und dasselbe als Erscheinendes bewußt wird. Der Würfel, der eine und selbe, erscheint bald in Naherscheinungen, bald in Fernerscheinungen, in den wechselnden 5Modis des Da und Dort gegenüber einem, obschon unbeachtet, stets mitbewußten absoluten Hier (im miterscheinenden eigenen Leibe). Jede festgehaltene Erscheinungsweise eines solchen Modus, etwa Würfel hier in der Nahsphäre, zeigt sich aber selbst wieder als synthetische Einheit einer Mannigfaltigkeit zugehöriger 10Erscheinungsweisen. Nämlich das Nahding als dasselbe erscheint bald von dieser, bald von jener Seite, und es wechseln die "visuellen Perspektiven", aber auch die "taktuellen", die "akustischen" und sonstigen "Erscheinungsweisen", wie wir bei entsprechender Richtung der Aufmerksamkeit beobachten können. Achten wir 15dann besonders auf irgendein Merkmal des Würfels, das sich in der Würfelwahrnehmung zeigt, z.B. auf die Gestalt oder Färbung des Würfels oder auf eine Würfelfläche für sich, oder auch auf deren Quadratgestalt, auf deren Farbe für sich usw., so wiederholt sich dasselbe. Wir finden stets das betreffende Merkmal als Einheit 20dahinströmender Mannigfaltigkeiten. Geradehin gesehen, haben wir etwa die eine unverändert bleibende Gestalt oder Farbe, in reflektiver Einstellung die zugehörigen Erscheinungsweisen, die in kontinuierlicher Folge sich aneinanderschließenden der Orientierung, der Perspektive usw. Dabei ist jede solche Erscheinungsweise25 in sich selbst, z.B. die Gestalt oder Farbenabschattung in sich selbst Darstellung von ihrer Gestalt, ihrer Farbe usw. So hat also das jeweilige cogito nicht in unterschiedsloser Leere sein cogitatum bewußt, sondern in einer deskriptiven Mannigfaltigkeitsstruktur von einem ganz bestimmten, gerade diesem identischen 30cogitatum wesensmäßig zugehörigen noetisch-noematischen Aufbau.
CM (17) 87 - Hua I 77

La dualidad de la investigación de la conciencia (por el momento dejamos aparte la cuestión del yo idéntico), debe caracterizarse, desde el punto de vista meramente descriptivo, como una indisoluble correlación; el modo de conexión que une un acto de conciencia con otro acto de conciencia, como la "síntesis" privativa de la región de la conciencia. Si, por ejemplo, tomo el percibir este cubo por tema de la descripción, veo en la reflexión pura que "este" cubo está dado continuamente como unidad objetiva, en una mudable, multiforme diversidad de variantes fenoménicas en relaciones determinadas. Estas variantes no son en su curso una sucesión incoherente de [78]vivencias. Transcurren, por el contrario, en la unidad de una "síntesis", por cuya virtud se presenta a la conciencia en ellas uno y el mismo objeto. El cubo, el uno y mismo cubo, se presenta ya "de cerca", ya "de lejos", en los cambiantes modos del "aquí" y el "allí", por respecto a un "aquí absoluto", no por inadvertido menos presente a la conciencia (en el "propio cuerpo", siempre también presente). Pero cada variante fenoménica /88/determinada de uno de estos modelos, v. gr. "el cubo aquí cerca", se revela a su vez como la unidad sintética de una diversidad de variantes fenoménicas correspondientes a ella. La cosa cercana, en cuanto la misma cosa cercana, se presenta ya por este "lado", ya por aquél, y cambian las "perspectivas visuales", pero también las "táctiles", las "acústicas" y demás "variantes fenoménicas", como podemos observar dirigiendo la atención de la manera correspondiente. Si nos fijamos ahora particularmente en cualquier nota del cubo, entre las que se hacen patentes en la percepción de él, por ejemplo, en su figura o en su color, o en una cara sola, o en la figura cuadrada de ella, o en su color, tenemos otra vez lo mismo: siempre nos encontramos con que la nota destacada es una "unidad" de "variantes" que se suceden. Viéndola directamente, tenemos v. gr. la forma o el color uno y estable; en la actitud de la reflexión, las correspondientes variantes fenoménicas de la orientación, de la perspectiva, etcétera, que se suceden sin solución de continuidad. Pero además cada una de estas variantes fenoménicas, por ejemplo, el escorzo de la forma o del color es, en sí misma, por ejemplo, manifestación de su forma, de su color, etcétera. En suma, un cogito cualquiera no es conciencia de su cogitatum en un vacío sin distinciones, sino en una variedad descriptiva de una estructura noético-noemática perfectamente determinada, esencialmente propia justo de este idéntico cogitatum.