CM (19) - Hua I 82

Z.B. (Q.V.) zu jeder äußeren Wahrnehmung gehört die Verweisung von den eigentlich wahrgenommenen Seiten des Wahrnehmungsgegenstandes auf die mitgemeinten,10 noch nicht wahrgenommenen, sondern nur erwartungsmäßig und zunächst in unanschaulicher Leere antizipierten Seiten --- als die nunmehr wahrnehmungsmäßig kommenden, eine stetige Protention, die mit jeder Wahrnehmungsphase neuen Sinn hat. Zudem hat die Wahrnehmung Horizonte von anderen Möglichkeiten15 der Wahrnehmung als solchen, die wir haben könnten, wenn wir tätig den Zug der Wahrnehmung anders dirigieren, die Augen etwa, statt so, vielmehr anders bewegen, oder wenn wir vorwärts oder zur Seite treten würden usw. In der entsprechenden Erinnerung kehrt das modifiziert wieder, etwa im 20Bewußtsein, ich hätte damals statt faktisch sichtlich gewesener auch andere Seiten wahrnehmen können, natürlich, wenn ich entsprechend meine Wahrnehmungstätigkeit anders dirigiert hätte. Zudem gehört, um das nachzuholen, zu jeder Wahrnehmung stets ein Vergangenheitshorizont als Potentialität zu erweckender 25Wiedererinnerungen und zu jeder Wiedererinnerung als Horizont die kontinuierliche mittelbare Intentionalität möglicher (von mir aus tätig zu verwirklichender) Wiedererinnerungen bis zum jeweils aktuellen Wahrnehmungsjetzt hin. Hier überall spielt in diese Möglichkeiten hinein ein Ich kann und Ich tue bzw. Ich 30kann anders als ich tue --- im übrigen unbeschadet der stets offen möglichen Hemmungen dieser wie jeder Freiheit.
CM (19) 93 - Hua I 82

Por ejemplo, (Q.V.) a toda percepción exterior es inherente la remisión anticipada desde los lados "efectivamente percibidos" del objeto de la percepción hacia los lados "coasumidos", todavía no percibidos, sino sólo anticipados por vía de expectativa, e inicialmente en un vacío no intuitivo, como "los que vienen" ahora en la percepción; esto es, a toda percepción exterior es inherente una constante "protención", que tiene un sentido nuevo en cada fase de la percepción por otro rumbo, v. gr. si moviésemos horizontes de otras posibilidades, en cuanto tales, de la percepción, como aquellas que podríamos tener si dirigiésemos de un modo activo la marcha de la percepción por otro rumbo, v. gr. si moviésemos los ojos de una manera en lugar de otra, o si avanzásemos o nos pusiésemos a un lado, etcétera. En el correspondiente recuerdo torna modificado todo esto, v. gr. en la conciencia de que yo hubiese podido percibir en su momento otros lados, en lugar de los efectivamente vistos; naturalmente, si yo hubiese dirigido mi actividad perceptiva de la otra manera que hubiese sido adecuada. Todavía, en fin, repetiremos que es inherente a toda percepción un horizonte de pasado, como potencialidad de recuerdos evocables, y a todo recuerdo a su vez, como horizonte peculiar, una intencionalidad mediata y continua de recuerdos posibles (realizables por mi actividad) hasta llegar al correspondiente "ahora" de la percepción actual. En todas estas posibilidades entra en juego un "yo puedo" y "yo lo hago", o bien "yo puedo otra cosa que la que hago"; sin perjuicio, por lo demás, de las trabas siempre posibles a ésta como a toda libertad.