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Bedenklich ist jedenfalls, daß die positiven Wissenschaften, die doch durch diese Meditationen eine absolut rationale Begründung erfahren sollten, sich so wenig um sie gekümmert haben. Allerdings in unserer Zeit fühlen sie sich nach einer 35glänzenden Entwicklung von drei Jahrhunderten durch Unklarheiten ihrer Grundlagen sehr gehemmt. Aber es fällt ihnen nicht ein, bei den versuchten Neugestaltungen ihrer Grundlagen [46]auf die Cartesianischen Meditationen zurückzugreifen. Andererseits wiegt es doch schwer, daß die Meditationen in einem ganz einzigen Sinne in der Philosophie Epoche gemacht haben und zwar gerade durch ihren Rückgang auf das reine ego cogito. 5In der Tat, Descartes inauguriert eine völlig neuartige Philosophie: ihren gesamten Stil ändernd, nimmt sie eine radikale Wendung vom naiven Objektivismus zum transzendentalen Subjektivismus, der in immer neuen und doch immer unzulänglichen Versuchen auf eine notwendige Endgestalt hinzustreben scheint. 10Sollte also diese fortgehende Tendenz nicht einen Ewigkeitssinn in sich tragen, für uns eine große, von der Geschichte selbst uns auferlegte Aufgabe, an der mitzuarbeiten wir alle berufen sind?
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Dificultoso es en todo caso el hecho de que tan escasamente se hayan preocupado de ellos las ciencias positivas, que, sin embargo, iban a recibir una fundamentación absoluta por obra de estas meditaciones. Cierto que en nuestro tiempo y después de un espléndido desarrollo de tres siglos, las ciencias se sienten muy trabadas por efecto de oscuridades en sus fundamentos. Sin embargo, no se les ocurre, en sus ensayos de reforma de sus fundamentos, [46]recurrir a las Meditaciones cartesianas. Mas por otro lado pesa mucho la circunstancia de que las Meditaciones han hecho época dentro de la filosofía en un sentido absolutamente único, y la han hecho justamente en virtud de su regreso hacia el puro ego cogito. En efecto, Descartes inaugura una filosofía de una especie completamente nueva. Modificando su estilo todo, la filosofía da una vuelta radical desde el objetivismo ingenuo hacia el subjetivismo trascendental, el cual parece tender a una necesaria forma final en ensayos siempre nuevos y, sin embargo, siempre insuficientes. ¿No llevará en sí esta perseverante tendencia un sentido de eternidad, para nosotros el de una gran tarea que nos es impuesta por la historia misma y en la que estamos todos llamados a colaborar?