CM (20) - Hua I 86

Zunächst scheint freilich die Möglichkeit einer reinen Bewußtseinsphänomenologie recht fraglich, nämlich mit Rücksicht auf 15die Tatsache, daß das Reich der Bewußtseinsphänomene so recht das Reich Heraklitischen Flusses ist. Es wäre in der Tat hoffnungslos, hier in einer Methodik der Begriffs- und Urteilsbildung verfahren zu wollen, wie sie für die objektiven Wissenschaften die maßgebende ist. Ein Bewußtseinserlebnis als identischen 20Gegenstand auf Grund der Erfahrung so bestimmen zu wollen wie ein Naturobjekt --- also schließlich unter der idealen Präsumption einer möglichen Explikation in identische und durch feste Begriffe faßbare Elemente wäre freilich ein Wahn. Bewußtseinserlebnisse haben nicht nur vermöge unserer unvollkommenen 25Erkenntniskraft für derartige Gegenstände, sondern a priori keine letzten Elemente und Relationen, die sich der Idee fester begrifflicher Bestimmbarkeiten fügten, für die also die Aufgabe approximativer Bestimmung unter festen Begriffen vernünftig zu stellen wäre. Darum besteht aber doch die Idee einer intentionalen 30Analyse zu Recht. Denn im Fluß intentionaler Synthesis, die in allem Bewußtsein Einheit schafft und Einheit gegenständlichen Sinnes noetisch und noematisch konstituiert, herrscht eine wesensmäßige, in strenge Begriffe faßbare Typik.
CM (20) 98 - Hua I 86

Al pronto, sin duda parece muy cuestionable la posibilidad de una pura fenomenología de la conciencia, a saber, al reparar en el hecho de que el reino de los fenómenos de la conciencia es lo que más se parece al reino del río de Heráclito. Sería, en efecto, cosa de desesperación querer proceder aquí con un método para formar conceptos y formular juicios como el que da la norma en las ciencias objetivas. Sería una ilusión querer definir una vivencia de la conciencia como un objeto único, sobre la base de la experiencia, al modo de un objeto natural, o en suma, en la presunción ideal de una posible explicitación en elementos /99/idénticos y aprehensibles con conceptos fijos. No sólo a consecuencia de la imperfección de nuestras facultades cognoscitivas para aprehender objetos tales, sino a priori, es seguro que las vivencias de la conciencia no tienen últimos elementos ni relaciones, que se rindan a la idea de una definición en conceptos fijos, o cuya definición aproximativa en semejantes conceptos fuese una tarea racionalmente posible. Mas por lo mismo tiene razón de ser la idea de un análisis intencional. Pues en el fluir de la síntesis intencional, que crea una unidad en toda conciencia, y constituye noética y noemáticamente la unidad de un sentido objetivo, imperan tipos esenciales aprehensibles en conceptos rigurosos.