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Sehr schwierig sind die Zugänge zu der letzten Allgemeinheit eidetisch phänomenologischer Problematik, und somit auch einer letzten Genesis. Der anfangende Phänomenologe ist unwillkürlich durch seinen exemplarischen Ausgang von sich selbst 20gebunden. Er findet sich transzendental als das ego, und dann als ein ego überhaupt vor, das bewußtseinsmäßig schon eine Welt, eine Welt von unserem allbekannten ontologischen Typus hat, mit Natur, mit Kultur (Wissenschaften, schöner Kunst, Technik usw.), mit Personalitäten höherer Ordnung (Staat, Kirche) usw. 25Die zunächst ausgebildete Phänomenologie ist bloß statische, ihre Deskriptionen sind analog den naturhistorischen, die den einzelnen Typen nachgehen und sie allenfalls ordnend systematisieren. Fragen der universalen Genesis und der über die Zeitformung hinausgehenden genetischen Struktur des ego in seiner Universalität 30bleiben noch fern, wie sie ja in der Tat höherstufige sind. Aber selbst wenn sie aufgeworfen werden, so geschieht es in einer Bindung. Denn zunächst wird sich auch die Wesensbetrachtung an ein ego überhaupt halten in der Bindung, daß für es schon eine konstituierte Welt ist. Auch das ist eine notwendige Stufe, von 35der aus man erst durch Freilegung der Gesetzesformen der ihr zugehörigen Genesis die Möglichkeiten für eine eidetische allgemeinste Phänomenologie erschauen kann. In ihr variiert sich das ego so frei, daß es also nicht einmal als ideale, aber bindende Voraussetzung daran festhält, daß eine Welt der [111]uns selbstverständlichen ontologischen Struktur für es wesensmäßig konstituiert ist.
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Muy difíciles son los accesos a la última universalidad de los problemas fenomenológicos eidéticos, y por tanto de una última génesis. El fenomenólogo está al empezar involuntariamente atado por su partir de sí mismo como ejemplar. En sentido trascendental, se encuentra consigo mismo como siendo el ego, y luego como siendo un ego en general, que tiene ya conciencia de un mundo, de un mundo de nuestro bien conocido tipo ontológico, con una naturaleza, con /133/una cultura (ciencias, arte bello, técnica, etcétera), con personalidades de orden superior (el Estado, la Iglesia), etcétera. La fenomenología que se cultiva en los comienzos es meramente estática. Sus descripciones son análogas a las de los naturalistas, que buscan los distintos tipos, y a lo sumo los sistematizan ordenándolos. Las cuestiones relativas a la génesis universal, y a la estructura genética del ego en su universalidad, que se remonta por encima de la conformación temporal, están lejos aún; y en efecto, son de un grado superior. Pero incluso cuando se plantean, se hace así dentro de una peculiar limitación. Pues por lo pronto la contemplación eidética se atendrá también a un ego en general con la limitación de existir ya para él un mundo constituido. También éste es un estadio necesario, desde el cual únicamente, y dejando en franquía las formas de las leyes rectoras de la génesis propia de él, se pueden descubrir las posibilidades de una fenomenología eidética rigurosamente universal. Dentro de ella el ego se modifica con tanta libertad, que ni siquiera se atiene a la suposición ideal, pero limitativa, de [111]estar constituido esencialmente para nosotros un mundo de la estructura ontológica que nos es natural.