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so kommen wir alsbald bei der genaueren Auslegung des Sinnes einer Begründung bzw. einer Erkenntnis auf die Idee der Evidenz. In der echten Begründung erweisen Urteile sich als richtig, als stimmend, d. h. sie ist die Übereinstimmung des 15Urteils mit dem Urteilsverhalt (Sache bzw. Sachverhalt) selbst. Genauer gesprochen: Urteilen ist ein Meinen und im allgemeinen ein bloßes Vermeinen, es sei das und das; das Urteil (das, was geurteilt ist) ist dann bloß vermeinte Sache bzw. vermeinter Sachverhalt oder: Sachmeinung, Sachverhaltsmeinung. Aber 20dem steht eventuell gegenüber ein ausgezeichnetes urteilendes Meinen (urteilend das und das Bewußthaben). Es heißt Evidenz. Statt in der Weise des bloß sachfernen Meinens ist in der Evidenz die Sache als sie selbst, der Sachverhalt als er selbst gegenwärtig, der Urteilende also seiner selbst inne. Ein bloß vermeinendes 25Urteilen richtet sich durch bewußtseinsmäßige Überführung in die entsprechende Evidenz nach den Sachen, den Sachverhalten selbst. Diese Überführung trägt in sich den Charakter der Erfüllung der bloßen Meinung, den einer Synthesis der stimmenden Deckung, sie ist evidentes Innesein der Richtigkeit jener vordem 30sachfernen Meinung.
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pronto llegamos, al desentrañar con más exactitud el sentido de una fundamentación, o de un conocimiento, a la idea de la evidencia. En la auténtica fundamentación, los juicios se revelan "justos", "acordes", esto es, la auténtica fundamentación es la concordancia del juicio con el hecho "mismo" objeto del juicio (la cosa o el hecho objetivo). Dicho más exactamente: /51/el juzgar es un asumir, y en general un mero presumir, que tal cosa existe o es de tal manera; el juicio (lo que se juzga) es, por consiguiente, una cosa o un hecho meramente presunto, o en suma, la presunción de una cosa, la presunción de un hecho. Pero frente a esto hay en ocasiones un eminente asumir juzgando o tener conciencia juzgando de algo. Su nombre es evidencia. En lugar de estar presente la cosa en el modo del mero asumirla "a distancia", en la evidencia está presente la cosa, "ella misma", el hecho objetivo, "él mismo", o sea, que el sujeto que juzga es consciente de este mismo. Un acto de juzgar meramente presuntivo, al pasar en la conciencia a la correspondiente evidencia, se ajusta a las cosas, a los hechos mismos. Este paso lleva en sí el carácter de confirmación de la mera asunción, el carácter de una síntesis de identificación concorde es conciencia evidente de la justeza de aquella asunción a distancia de la cosa.