CM (41) - Hua I 120

Sollen unsere Cartesianischen Meditationen für uns als werdende Philosophen die richtige Einleitung in eine Philosophie und der ihre Wirklichkeit25 als notwendig praktische Idee begründende Anfang sein (ein Anfang, zu dem also auch die Evidenz eines als ideale Notwendigkeit <zu> konstituierenden Weges für Unendlichkeit ausführender Arbeit gehört), so müssen unsere Meditationen selbst so weit führen, daß sie nach dieser Hinsicht nach Ziel und Weg keine 30Befremdlichkeiten offen lassen. Sie müssen ganz, wie die alten Cartesianischen es wollten, die zur Zweckidee der Philosophie gehörige universale Problematik in restloser Verständlichkeit enthüllt haben (also für uns die konstitutive); und darin liegt, sie müssen in einer größten und doch streng umgriffenen Allgemeinheit35 den wahren universalen Sinn des Seienden überhaupt und seiner universalen Strukturen schon herausgestellt haben --- in einer Allgemeinheit, die ausführende ontologische Arbeit in Form einer konkret verbundenen phänomenologischen Philosophie erst möglich macht, so wie dann in weiterer Folge eine philosophische [121]Tatsachenwissenschaft, denn Seiendes ist für die Philosophie und so für die Korrelationsforschung der Phänomenologie eine praktische Idee, die der Unendlichkeit theoretisch bestimmender Arbeit.
CM (41) 145 - Hua I 120

Si nuestras "meditaciones cartesianas" han de ser para nosotros, filósofos en formación, la justa "introducción" a una filosofía, y el comienzo que da fundamento a la realidad de esta filosofía como idea necesariamente práctica (un comienzo en el cual también entra la evidencia de un camino de infinito trabajo por ejecutar y constituyente en cuanto necesidad ideal), nuestras meditaciones tienen que llegar hasta donde sea menester para que no quede abierto nada extraño en estos aspectos del camino y de la meta. Tienen que poner totalmente al descubierto y sin dejar nada por comprender, como querían hacerlo las viejas meditaciones cartesianas, los problemas universales que entran en la idea /146/del objetivo de la filosofía (para nosotros, los problemas de la constitución); y esto implica que tienen que poner de manifiesto el verdadero sentido universal del "ser en general" y sus estructuras universales, en una máxima y sin embargo rigurosa universalidad, en una universalidad que es lo único que hace posible el ir realizando el trabajo ontológico en forma de una filosofía fenomenológica concreta, como ulteriormente una ciencia filosófica [121]de hechos; pues el "ser" es para la filosofía, y por ende para la investigación de correlaciones que es la fenomenología, una idea práctica, la de la infinitud del trabajo de definir teoréticamente.