CM (41) - Hua I 118

Echte Erkenntnistheorie ist danach allein sinnvoll als transzendental-phänomenologische, die, statt mit widersinnigen Schlüssen von einer vermeinten Immanenz auf eine vermeinte 5Transzendenz, die irgendwelcher angeblich prinzipiell unerkennbarer "Dinge an sich", es ausschließlich zu tun hat mit der systematischen Aufklärung der Erkenntnisleistung, in der sie durch und durch verständlich werden müssen als intentionale Leistung. Eben damit wird jede Art Seiendes selbst, reales und ideales, verständlich10 als eben in dieser Leistung konstituiertes Gebilde der transzendentalen Subjektivität. Diese Art Verständlichkeit ist die höchste erdenkliche Form der Rationalität. Alle verkehrten Seinsinterpretationen stammen aus der naiven Blindheit für die den Seinssinn mitbestimmenden Horizonte und für die zugehörigen15 Aufgaben der Enthüllung der impliziten Intentionalität. Werden sie erschaut und ergriffen, so ergibt sich als Konsequenz eine universale Phänomenologie als eine in steter Evidenz und dabei in Konkretion durchgeführte Selbstauslegung des ego. Genauer gesprochen, und fürs erste: als eine Selbstauslegung im 20prägnanten Sinne, die systematisch zeigt, wie das ego sich als in sich und für sich Seiendes eines eigenen Wesens konstituiert; und dann zweitens als eine Selbstauslegung im erweiterten Sinne, die von da aus zeigt, wie das ego in sich vermöge dieses Eigenwesens auch Anderes, Objektives konstituiert, und so überhaupt alles, was 25für es je im Ich als Nicht-Ich Seinsgeltung hat.
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Una auténtica teoría del conocimiento tiene sentido, según esto, como una teoría fenomenológico-trascendental, que en lugar de tratar con absurdas inferencias de una supuesta inmanencia a una supuesta trascendencia (la de ciertas "cosas en sí" que se pretende son incognoscibles por principio), trata exclusivamente de la aclaración sistemática de la obra del conocimiento; aclaración en la que las "cosas en sí" han de hacerse comprensibles de un cabo a otro como obra intencional. Precisamente de esta manera se torna comprensible toda forma del ser, real e ideal, como "creaciones" de la subjetividad trascendental constituidas en esta obra. Esta forma de comprensibilidad es la más alta forma imaginable de la racionalidad. Todas las interpretaciones absurdas del ser proceden de la ceguera ingenua para el horizonte que codetermina el sentido del ser, /143/y para los correspondientes problemas de descubrimiento de la intencionalidad implícita. Una vez vistos y cogidos, se tiene como consecuencia una fenomenología universal bajo la forma de una autoexposición del ego llevada a cabo con constante evidencia y al mismo tiempo en concreción. Dicho más exactamente y en primer término: como una autoexposición en sentido estricto, que muestra sistemáticamente cómo se constituye el ego en cuanto ente, en sí y para sí, de una esencia propia; y en segundo término: como una autoexposición en sentido lato, que partiendo de la anterior muestra cómo el ego constituye en sí, por virtud de esta esencia propia, "algo otro", "algo objetivo", y en general todo cuanto tiene para él valor de realidad así en el yo como en el no-yo.