CM (45) - Hua I 130

Indem ich als dieses ego [transzendentale ego] die 20für mich seiende Welt als Phänomen (als Korrelat) konstituiert habe und fortgehend weiter konstituiere, habe ich unter dem Titel Ich, im gewöhnlichen Sinne des menschlich-personalen Ich, innerhalb der gesamten konstituierten Welt eine verweltlichende Selbstapperzeption in entsprechenden konstitutiven25 Synthesen vollzogen und halte sie in beständiger Fortgeltung und Fortbildung. Alles transzendental mir als diesem letzten ego Eigenheitliche tritt vermöge dieser Verweltlichung in meine Seele als Psychisches ein. Die verweltlichende Apperzeption finde ich vor und kann nun von der Seele als Phänomen und als Teil im 30Phänomen Mensch zurückgehen auf mich als das universale, absolute, das transzendentale ego. Wenn ich also als dieses ego mein Phänomen der objektiven Welt auf mein Eigenheitliches reduziere und nun dazunehme, was ich irgend sonst als mir eigen finde (das nach jener Reduktion Fremdes nicht mehr enthalten 35kann), so ist dieses gesamte Eigenheitliche meines ego wiederzufinden in dem reduzierten Weltphänomen als das Eigenheitliche [131]meiner Seele, nur daß es hier als Komponente meiner Weltapperzeption ein transzendental Sekundäres ist.
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al haber constituido y seguir constituyendo yo, en tanto que este ego [ego trascendental], como fenómeno (como correlato) el mundo existente para mí, bajo el título "yo" ---en el sentido habitual del yo personal humano--- he llevado a cabo en síntesis constitutivas correspondientes, dentro del mundo constituido total, una apercepción de mí mismo mundanizadora, y la mantengo en constante vigencia y desarrollo. Todo lo trascendentalmente mío propio (de mí en tanto este ego último) se incorpora a mi alma a título de ser psíquico en virtud de /161/esta mundanización. Yo me encuentro con la apercepción mundanizadora, y entonces puedo remontarme, desde el alma como fenómeno y parte del fenómeno "hombre", a mí en cuanto el ego absoluto, universal, el ego trascendental. Así, pues, si yo, en tanto que este ego, reduzco a lo mío propio mi fenómeno del mundo objetivo y le añado luego todo lo que encuentro de mío propio sea dondequiera (lo cual, después de aquella reducción, no puede ya contener nada "ajeno"), todo esto propio de mi ego se puede volver a hallar en el fenómeno reducido del mundo a título de lo propio [131]de "mi alma", sólo que aquí, como componente de mi apercepción mundanizadora, es algo secundario desde el punto de vista trascendental.