CM (60) - Hua I 166

Ist es erdenklich (für mich, der ich das sage, und von mir aus wieder für jeden Erdenklichen, der das sagen mag), daß mehrere getrennte, d.i. miteinander nicht vergemeinschaftete35 Monadenvielheiten koexistieren, deren jede also eine eigene Welt konstituiert, also zwei ins Unendliche getrennte Welten,[167] zwei unendliche Räume und Raum-Zeiten? Offenbar ist das statt einer Erdenklichkeit ein purer Widersinn. A priori hat jede solche Monadengruppe freilich als Einheit einer Intersubjektivität, und einer möglicherweise jeder aktuellen Gemeinschaftsbeziehung5 mit der anderen entbehrenden, ihre möglicherweise ganz anders aussehende Welt. Aber diese beiden Welten sind dann notwendig bloße Umwelten dieser Intersubjektivitäten und bloße Aspekte einer einzigen, ihnen gemeinsamen objektiven Welt. Denn die beiden Intersubjektivitäten stehen nicht in der Luft; 10als von mir erdachte stehen sie beide mit, mir als der konstituierenden Urmonade für sie (bzw. mit mir in einer Möglichkeitsabwandlung meiner selbst) in notwendiger Gemeinschaft. Sie gehören also in Wahrheit in eine einzige, mich selbst mit umschließende Allgemeinschaft, die alle als koexistierend zu denkenden15 Monaden und Monadengruppen in eins faßt. Es kann also nur eine einzige Monadengemeinschaft, die aller koexistierenden Monaden, in Wirklichkeit geben, demnach nur eine einzige objektive Welt, nur eine einzige objektive Zeit, nur einen objektiven Raum, nur eine Natur, und es muß, wenn überhaupt in mir 20Strukturen angelegt sind, die das Mit-sein der anderen Monaden implizieren, diese eine einzige Natur geben. Nur das ist möglich, daß verschiedene Monadengruppen und Welten so zueinander stehen, wie die den für uns unsichtigen Gestirnwelten eventuell zugehörigen zu uns selbst stehen, also mit Animalien, die jedes 25aktuellen Konnexes mit uns entbehren. Ihre Welten sind aber Umwelten mit offenen, nur faktisch, nur zufälligerweise für sie nicht erschließbaren Horizonten.
CM (60) 208 - Hua I 166

¿Es concebible (para mí, que lo digo, y, partiendo de mí, para cualquier ser concebible que pueda decirlo) que coexistan separadas, o sea no estando en comunidad las unas con las otras, varias pluralidades de mónadas, cada una de las cuales, pues, constituye un mundo propio? ¿Es, por lo tanto, concebible que coexistan dos mundos separados infinitamente, [167]dos espacios y espacio-tiempos infinitos? Evidentemente, esto, en vez de algo concebible, es un puro absurdo. Cada uno de tales grupos de mónadas tiene ciertamente a priori, en tanto que unidad de una intersubjetividad (y de una tal que le es posible carecer de toda relación actual de comunidad con la otra), su "mundo", dotado de la posibilidad de un aspecto completamente distinto del del otro. Pero estos dos mundos son entonces, necesariamente, meros "mundos circundantes" de estas intersubjetividades y meros aspectos de un único mundo objetivo, común a ambas. Pues estas dos intersubjetividades no están en el aire; en tanto que concebidas por mí, se hallan ambas en comunidad necesaria conmigo como mónada originaria constituyente respecto de ellas (o conmigo en una variación posible de mí mismo). Pertenecen, pues, en verdad a una única comunidad total, que me comprende también a mí mismo y que reúne a todas las mónadas y a todos los grupos de mónadas que se han de pensar como coexistentes. Por lo tanto, sólo puede haber en realidad una única comunidad de mónadas: la de todas las mónadas coexistentes; y, en consecuencia, no puede haber realmente más que un único mundo objetivo, un único tiempo objetivo, un solo espacio objetivo, una sola naturaleza. Y, si en mí se hallan estructuras que implican el ser-con de las otras mónadas, tiene que haber esta naturaleza una y única. Unicamente es posible que distintos grupos de mónadas y distintos/209/ mundos se hallen los unos respecto de los otros al modo como están quizá para con nosotros los que eventualmente pertenezcan a los mundos siderales que no alcanzamos a ver, o sea, con seres animados que carecen de toda conexión actual con nosotros. Sus mundos, sin embargo, son mundos circundantes de horizontes abiertos; sólo que, de hecho y casualmente, no explorables los de los unos para los otros.