CM (64) - Hua I 179

Nicht anders [als im täglichen praktischen Leben: (Q.V.)] in den positiven Wissenschaften. Sie sind Naivitäten höherer Stufe, Werkgebilde einer klugen theoretischen Technik, ohne daß die intentionalen Leistungen, aus denen alles letztlich entspringt, ausgelegt worden wären. Wissenschaft beansprucht15 zwar, ihre theoretischen Schritte rechtfertigen zu können, und beruht überall auf Kritik. Aber ihre Kritik ist nicht letzte Erkenntniskritik, das ist Studium und Kritik der ursprünglichen Leistungen, Enthüllung aller ihrer intentionalen Horizonte, durch die allein die "Tragweite" der Evidenzen letztlich 20erfaßt und korrelativ der Seinssinn der Gegenstände, der theoretischen Gebilde, der Werte und Zwecke, ausgewertet werden kann. Daher haben wir, und gerade auf der hohen Stufe der modernen positiven Wissenschaften, Grundlagenprobleme, Paradoxien, Unverständlichkeiten. Die Urbegriffe, die, durch die ganze Wissenschaft25 hindurchgehend, den Sinn ihrer Gegenstandssphäre und ihrer Theorien bestimmen, sind naiv entsprungen, sie haben unbestimmte intentionale Horizonte, sie sind Gebilde unbekannter, nur in roher Naivität geübter intentionaler Leistungen. Das gilt nicht nur für die Spezialwissenschaften, sondern auch für die 30traditionelle Logik mit all ihren formalen Normen.
CM (64) 227 - Hua I 179

No ocurre de otro modo [que en la vida práctica cotidiana: (Q.V.)] en las ciencias positivas. Son ingenuidades de nivel superior, construcciones de una sagaz técnica teórica; sin que se hayan exhibido los rendimientos intencionales de los que últimamente brota todo. Es cierto que la ciencia pretende poder justificar sus pasos teóricos, y que se asienta por todas partes en la crítica. Pero su crítica no es crítica última del conocimiento, o sea, estudio y crítica de los rendimientos originarios, revelación de todos sus horizontes intencionales (únicamente gracias a los cuales puede captarse hasta el fin el "alcance" de las evidencias y, correlativamente, puede evaluarse el sentido óntico de los objetos, de los constructos teóricos, de los valores y de los fines). Por ello, y justo en el elevado nivel de las modernas ciencias positivas, tenemos problemas de fundamentos, paradojas, cosas incomprensibles. Los conceptos originarios, que, recorriendo la ciencia, determinan el sentido de su esfera de objetos y de sus teorías, han surgido ingenuamente; poseen horizontes intencionales indeterminados; son productos de rendimientos intencionales desconocidos, ejercidos tan sólo en cruda ingenuidad. Es así no sólo en las ciencias especiales, sino también en la lógica tradicional, con todas sus normas formales.