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Versetzen wir uns also in ein lebendiges cogito, so hat es seinem Wesen gemäß in ausgezeichnetem Sinne "Richtung" auf eine Gegenständlichkeit. Mit anderen Worten zu seinem Noema gehört eine "Gegenständlichkeit" --- in Anführungszeichen --- mit einem 15gewissen noematischen Bestand, der sich in einer Beschreibung bestimmter Umgrenzung entfaltet, nämlich in einer solchen, die als Beschreibung des "vermeinten Gegenständlichen, so wie es vermeint ist", alle "subjektiven" Ausdrücke vermeidet. Es werden da formal-ontologische Ausdrücke verwendet,20 wie "Gegenstand", "Beschaffenheit", "Sachverhalt"; material-ontologische Ausdrücke wie "Ding", "Figur", "Ursache"; fachhaltige Bestimmungen wie "rauh", "hart", "farbig" --- alle haben ihre Anführungszeichen, also den noematisch-modifizierten Sinn. Ausgeschlossen sind hingegen für die Beschreibung25 dieses vermeinten Gegenständlichen als solchen Ausdrücke wie "wahrnehmungsmäßig", {270}"erinnerungsmäßig","klaranschaulich", "denkmäßig", "gegeben" --- sie gehören zu einer anderen Dimension von Beschreibungen, nicht zu dem Gegenständlichen, das bewußt, sondern zu der Weise, wie es bewußt 30ist. Hingegen würde es bei einem erscheinenden Dingobjekt wieder in den Rahmen der fraglichen Beschreibung fallen zu sagen: seine "Vorderseite" sei so und so bestimmt nach Farbe, Gestalt usw., seine "Rückseite" habe "eine" Farbe, aber eine "nicht näher bestimmte", es sei überhaupt in den und jenen Hinsichten35 "unbestimmt", ob es so oder so sei.

Das gilt nicht nur für Naturgegenstände sondern ganz allgemein, z.B. für Wertobjektitäten; zu ihrer Beschreibung gehört die der vermeinten "Sache" und dazu die Angabe der Prädikate des "Wertes", wie wenn wir von dem erscheinenden Baum "im Sinne" [301]unseres wertenden Meinens sagen, er sei bedeckt mit "herrlich" duftenden Blüten. Dabei haben auch die Wertprädikate ihre Anführungszeichen, sie sind nicht Prädikate eines Wertes schlechthin, sondern eines Wertnoema.

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Si nos sumimos, pues, en un cogito vivo, tiene éste, de acuerdo con su esencia y en un señalado sentido, cierta "dirección" a una objetividad. Con otras palabras, es inherente a su nóema una "objetividad" ---entre comillas--- con cierto contenido noemático que se despliega en una descripción de determinado alcance, a saber, en una descripción que en cuanto descripción de la "objetividad mentada tal como está mentada" evita todas las expresiones "subjetivas". En ella se emplean expresiones ontológico-formales como "objeto", "cualidad", "relación"; expresiones ontológico-materiales como "cosa", "figura", "causa"; determinaciones dotadas de un contenido material como "áspero", "duro", "de color" ---todas entre comillas, o sea, con un sentido noemáticamente modificado. Excluidas quedan, en cambio, en la descripción de este objeto mentado en cuanto tal, expresiones como "perceptivamente", "rememorativamente", "claramente intuitivo", "pensado", "dado" ---éstas pertenecen a otra dimensión de descripciones, no a la del objeto que es consciente, sino a la del modo en que es consciente. En cambio, si se tratase de un objeto en el sentido de una cosa que aparece, volvería a caer dentro del marco de la descripción de que se trata el decir: su "lado anterior" tiene tales o cuales determinaciones de color, forma, etc.; su "lado posterior" tiene "un" color, pero un color "no exactamente determinado"; se halla "indeterminado" en tales o cuales respectos si es así o de otra manera.

Esto es válido no sólo para los objetos naturales, sino con toda universalidad, por ejemplo, para los objetos valiosos; en su descripción entra la de la "cosa" mentada y además la indicación de los predicados de "valor", como cuando del árbol que aparece decimos, "en el sentido" [301]de nuestro mentar valorativo, que está cubierto de flores que exhalan un olor "magnífico". En este caso están también los predicados de valor entre comillas, no siendo predicados de un valor pura y simplemente, sino de un nóema de valor.