I1 (139) - Hua III/1 322

Der Satz hat hier (Q.V.) sein Recht an sich selbst. Es kann aber auch "für einen Satz etwas sprechen", er kann ohne "selbst" vernünftig zu sein, an der Vernunft doch Anteil haben. Wir erinnern uns, um in der doxischen Sphäre zu bleiben, an den eigentümlichen15 Zusammenhang der doxischen Modalitäten mit der Urdoxa[Fußnote: 1 Vgl. § 104, S. 215.]: auf sie weisen sie alle zurück. Betrachten wir andererseits die zu diesen Modalitäten gehörigen Vernunftcharaktere, so drängt sich von vornherein der Gedanke auf, daß sie alle, wie verschieden sonst die Materien und Motivationslagen sein mögen, 20sozusagen auf einen Urvernunftcharakter zurückweisen, der zur Domäne des Urglaubens gehört: auf den Fall der originären und schließlich vollkommenen Evidenz. Es wird merklich, daß zwischen beiden Arten der Zurückweisung tiefliegende Wesenszusammenhänge bestehen.

25Um nur folgendes anzudeuten: Eine Vermutung kann in sich als vernünftig charakterisiert sein. Folgen wir der in ihr liegenden Rückweisung auf den entsprechenden Urglauben, und machen wir uns diesen in der Form eines "Ansetzens" zu eigen, so "spricht für diesen etwas". Nicht der Glaube selbst, schlechthin, ist als 30vernünftig charakterisiert, obschon er an der Vernunft Anteil hat. Wir sehen, es sind hier weitere vernunfttheoretische Scheidungen und auf sie bezogene{290} Forschungen nötig. Wesenszusammenhänge heben sich ab zwischen den verschiedenen Qualitäten mit den ihnen eigentümlichen Vernunftcharakteren, und zwar wechselseitige;35 und schließlich laufen alle Linien zurück zum Urglauben und seiner Urvernunft, bzw. zur "Wahrheit".

I1 (139) 333 - Hua III/1 322

La proposición tiene aquí (Q.V.) en sí misma su legitimidad. Pero también puede "hablar algo en favor de una proposición", pudiendo ésta, sin ser racional "ella misma", tener, sin embargo, parte en la razón. Recordemos, para permanecer dentro de la esfera dóxica, la peculiar conexión de las modalidades dóxicas con la protodoxa:[Nota al pie: 1 Cf. § 104, p. 252.] todas aquéllas se remontan a ésta. Si consideramos, por otra parte, los caracteres racionales correspondientes a estas modalidades, se impone por anticipado la idea de que todos ellos, por diversas que sean sus materias y bases de motivación, se remontan, por decirlo así, a un carácter racional primitivo, que pertenece al dominio de la creencia primitiva, al caso de la evidencia originaria y finalmente completa. Se notará que entre estos dos remontarse existen profundas relaciones esenciales.

Para indicar sólo lo siguiente: una conjetura puede estar caracterizada de suyo como racional. Si seguimos la indicación que nos hace de que nos remontemos a la creencia primitiva correspondiente, y nos adueñamos de ésta en la forma de un "suponer", hay "algo que habla en favor de éste". No la creencia misma, pura y simple, está caracterizada como racional, aun cuando tiene parte en la razón. Vemos que aquí son necesarias nuevas distinciones teórico-racionales y nuevas investigaciones referentes a ellas. Se destacan ciertas conexiones esenciales entre las diversas cualidades y los caracteres racionales peculiares a ellas, relaciones recíprocas, hasta que finalmente corren todas las líneas hacia la creencia primitiva y su razón primitiva o hacia la "verdad".