I1 (149) - Hua III/1 347

Das Ding gibt sich in seinem idealen Wesen als res temporalis, in der notwendigen "Form" der Zeit. Die intuitive "Ideation" (die als "Idee"erschauung hier ganz besonders ihren [348]Namen verdient) lehrt uns das Ding kennen als notwendig dauernd, als prinzipiell hinsichtlich seiner Dauer endlos extendierbar. Wir erfassen in "reiner Anschauung" (denn diese Ideation ist der phänomenologisch geklärte Begriff von Kants reiner Anschauung)5 die "Idee" der Zeitlichkeit und aller in ihr beschlossenen Wesensmomente.

Das Ding ist seiner Idee gemäß ferner res extensa, es ist z.B. in räumlicher Hinsicht unendlich mannigfaltiger Formverwandlungen{313} und, bei identisch festgehaltener Gestalt und Gestaltveränderung,10 unendlich mannigfaltiger Veränderungen der Lage fähig, es ist in infinitum "beweglich". Wir erfassen die "Idee" des Raumes und die ihr eingeordneten Ideen.

Das Ding ist endlich res materialis, es ist substantielle Einheit, als solche Einheit von Kausalitäten und der Möglichkeit15 nach von unendlich vielgestaltigen. Auch mit diesen spezifisch realen Eigenschaften stoßen wir auf Ideen. So sind alle Komponenten der Dingidee selbst Ideen, eine jede impliziert das "und so weiter" "unendlicher" Möglichkeiten.

Was wir da ausführen, ist nicht "Theorie", "Metaphysik". Es 20handelt sich um Wesensnotwendigkeiten, im Dingnoema und korrelativ im dinggebenden Bewußtsein unaufhebbar beschlossen, durchaus einsichtig zu erfassen und systematisch zu erforschen.

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La cosa se da en su esencia ideal de res temporalis en la "forma" necesaria del tiempo. La "ideación" intuitiva (que en cuanto intuición de una "Idea" merece muy especialmente aquí su [348]nombre) nos da a conocer la cosa como durando necesariamente, como extensible sin término por principio, en el respecto de su duración. Aprehendemos en una "intuición pura" (pues esta ideación es el concepto de la intuición pura de Kant fenomenológicamente aclarado) la "Idea" de la temporalidad y de todas las notas esenciales encerradas en ella.

La cosa es, conforme a su Idea, también res extensa; por ejemplo, susceptible, en el respecto espacial, de cambios de forma infinitamente variados; y, dada una forma o un cambio de forma idénticamente fijo, susceptible de cambios de lugar infinitamente variados, o es "movible" "in infinitum". Así aprehendemos la "Idea" del espacio y las Ideas incluidas en ella.

La cosa es, finalmente, res materialis, es unidad sustancial, y, en cuanto tal, unidad de causalidades, y, en cuanto a la posibilidad, de causalidades infinitamente multiformes. También con estas propiedades específicamente reales tropezamos en Ideas. Así, pues, todos los componentes de la Idea de cosa son ellos mismos Ideas, cada una de las cuales implica el "etcétera" de "infinitas" posibilidades.

Lo que acabamos de exponer no es "teoría", "metafísica". Se trata de necesidades esenciales, encerradas imborrablemente en el nóema cosa y correlativamente en la conciencia que da las cosas, aprehensibles con evidencia intelectual e investigables sistemáticamente.