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So haben wir oben, dem Zwecke der Einführung gemäß, bloß ein erstes, ein Grundsystem konstituierender Erscheinungsmannigfaltigkeiten5 ins Auge gefaßt, nämlich dasjenige, in welchem ein und dasselbe Ding immerfort einstimmig erscheint. Die Wahrnehmungen kommen in dem grenzenlosen Fortgange nach allen systematischen Linien zur puren Deckung, die Thesen erfahren immerfort Bekräftigung. Es gibt hier nur Näherbestimmung, nie 10Andersbestimmung. Keine durch den vorangegangenen Erfahrungsverlauf (innerhalb dieses ideell geschlossenen Systems) zur Setzung gekommene Dingbestimmung erfährt "Durchstreichung" und "Ersatz" durch andere Bestimmungen der gleichen Beschaffenheitskategorie, die durch das regionale Wesen formal vorgezeichnet15 ist. Es gibt keine Störungen der Einstimmigkeit und keine Vorkommnisse des Wiederausgleichs der Störung, geschweige denn jenes "Explodieren" der Einstimmigkeit, mit welcher das gesetzte Ding ganz und gar zur Durchstreichung kommt. Nun sind aber diese Gegenfälle phänomenologisch nicht minder in 20Rechnung zu ziehen, da auch sie im Zusammenhange möglicher Konstitution einer Erfahrungswirklichkeit ihre Rolle spielen oder spielen können. Der Weg der faktischen, wie ideal möglichen Erkenntnis führt durch Irrtümer, so schon auf der niedersten Erkenntnisstufe, derjenigen der anschauenden Wirklichkeitserfassung.25 Es sind also die Wahrnehmungsverläufe, in denen partielle Brüche der Einstimmigkeit auftreten und die Einstimmigkeit nur durch "Korrekturen" zu erhalten ist, systematisch nach den {318}noetischen und noematischen Wesensbeständen zu charakterisieren: die Auffassungsänderungen, die eigenartigen thetischen Vorkommnisse,30 die Umwertungen und Entwertungen des früher Aufgefaßten z.B. als "Schein", "Illusion", das Übergehen in einen streckenweise unausgeglichenen "Widerstreit" usw. Gegenüber der kontinuierlichen Synthesis der Einstimmigkeit müssen die Synthesen des Widerstreits, der Umdeutung und Andersbestimmung,35 und wie sie sonst heißen mögen, zu ihrem Rechte kommen: für eine Phänomenologie der "wahren Wirklichkeit" ist auch die Phänomenologie des nichtigen Scheins" ganz unentbehrlich.
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Así, hemos fijado antes los ojos, a los fines de la introducción, meramente en un primer sistema, un sistema fundamental de multiplicidades de apareceres constituyentes, a saber, aquel sistema en que aparece con continua coherencia una y la misma cosa. Las percepciones guardan una pura correspondencia en la marcha ilimitadamente progresiva en todas las direcciones sistemáticas, las tesis experimentan continuamente confirmaciones. Hay aquí tan sólo mayor determinación, nunca determinación como otra cosa. Ninguna determinación de la cosa que haya llegado a ser puesta por el curso anterior de la experiencia (dentro de este sistema idealmente cerrado) resulta "tachada" y "reemplazada" por otras determinaciones de la misma categoría de cualidades diseñada formalmente por la esencia regional. No hay perturbaciones de la coherencia ni procesos de enmienda de la perturbación, para no hablar de aquel "explotar" la coherencia con que la cosa puesta resulta borrada de un cabo a otro. Ahora bien, no hay que tomar fenomenológicamente menos en cuenta estos casos contrarios, pues que también ellos desempeñan o pueden desempeñar su papel dentro del orden de la posible constitución de una realidad empírica. El camino del conocimiento fáctico, como del idealmente posible, pasa a través de errores, y así es ya en el grado inferior del conocimiento, aquel que aprehende intuitivamente la realidad. Hay, pues, que caracterizar sistemáticamente, en cuanto respecta a sus esenciales contenidos noéticos y noemáticos, los procesos de percepción en que surgen roturas parciales de la coherencia y ésta sólo logra conservarse por medio de "correcciones": los cambios de apercepción, los procesos téticos sui generis, las revaloraciones y desvaloraciones /365/de lo anteriormente apercibido, por ejemplo, como "mera apariencia", "ilusión", el paso a una "pugna" no resuelta durante toda una porción del trayecto, etc. Frente a las síntesis continuas de la coherencia hay que hacer justicia a las síntesis de la pugna, de la nueva interpretación y de la determinación como otra cosa o como se las quiera llamar: para una fenomenología de la "verdadera realidad" es también absolutamente indispensable la fenomenología de la "inane apariencia".