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Man erkennt übrigens leicht, daß für diese Identifikation [von Wissenschaft überhaupt und Erfahrungswissenschaft] eintreten und die Geltung des rein eidetischen Denkens bestreiten, zu einem Skeptizismus führt, der als echter Skeptizismus sich durch Widersinn aufhebt.[Fußnote: 1 Vgl. über den charakteristischen Begriff des Skeptizismus die "Prolegomena z. r. Logik", "Log. Unters." I, § 32.] Man braucht den Empiristen nur nach der Quelle der [44]Geltung seiner allgemeinen Thesen (z.B. "alles gültige Denken gründet auf Erfahrung als der einzig gebenden Anschauung") zu fragen, und er verwickelt sich in nachweisbaren Widersinn. Direkte Erfahrung gibt doch nur singuläre Einzelheiten und keine Allgemeinheiten,5 also genügt sie nicht. Auf Wesenseinsicht kann er sich nicht berufen, denn die leugnet er; also doch wohl auf Induktion, und so überhaupt auf den Komplex mittelbarer Schlußweisen, durch welche die Erfahrungswissenschaft ihre allgemeinen Sätze gewinnt. Wie steht es nun, fragen wir, mit der Wahrheit der 10mittelbaren Schlüsse, mögen sie nun deduktive oder induktive sein?
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Fácil es de reconocer, por lo demás, que defender esta identificación [entre ciencia en general y ciencia empírica] e impugnar la validez del pensar puramente eidético conduce a un escepticismo que, como verdadero escepticismo que es, se anula a sí /51/mismo por el contrasentido que entraña.[Nota al pie: 1 Cf. sobre el concepto característico de escepticismo los "Prolegómenos a la lógica pura", Investigaciones lógicas, I, § 32.] Basta preguntar al empirista por la fuente de la [44]validez de sus tesis generales (por ejemplo, "todo pensar válido se funda en la experiencia, en cuanto que ésta es la única intuición en que se da algo"), para que se enrede en un contrasentido fácil de exhibir. La experiencia directa sólo da, en efecto, cosas y casos singulares, nunca universales; pero eso no basta. A la evidencia esencial no puede apelar, puesto que la niega; apelará, pues, a la inducción y, en general, al complejo de raciocinios indirectos por medio de los cuales llega la ciencia empírica a sus proposiciones generales. Pero ¿qué pasa, preguntamos, con la verdad de los raciocinios indirectos, sean deductivos o inductivos?