I1 (39) - Hua III/1 80

Um ins klare zu kommen, suchen wir die letzte Quelle auf, aus der die Generalthesis der Welt, die ich in der natürlichen Einstellung35 vollziehe, ihre Nahrung schöpft, die es also ermöglicht, daß ich bewußtseinsmäßig als mir gegenüber eine daseiende Dingwelt vorfinde, daß ich mir in dieser Welt einen Leib zuschreibe und nun mich selbst ihr einordnen kann. Offenbar ist diese letzte Quelle die sinnliche Erfahrung. Es genügt aber für unsere [81]Zwecke, die sinnliche Wahrnehmung zu betrachten, die unter den erfahrenden Akten in einem gewissen guten Sinne die Rolle einer Urerfahrung spielt, aus der alle anderen erfahrenden Akte einen Hauptteil ihrer begründenden Kraft ziehen. Jedes 5wahrnehmende Bewußtsein hat das Eigene, daß es Bewußtsein der leibhaftigen Selbstgegenwart eines individuellen Objektes ist, {71}das seinerseits in reinlogischem Sinne Individuum oder logischkategoriale Abwandlung desselben ist.[Fußnote: 1 Vgl. oben § 15, S. 29.] In unserem Falle der sinnlichen, oder deutlicher, dinglichen Wahrnehmung10 ist das logische Individuum das Ding; und es reicht aus, die Dingwahrnehmung als Repräsentant aller anderen Wahrnehmungen (von Eigenschaften, Vorgängen u. dgl.) zu behandeln.
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Para llegar a ver claro, busquemos la última fuente de que se alimenta la tesis general del mundo que llevo a cabo en la actitud natural, o que hace posible que me encuentre bajo la forma de la conciencia con un mundo de cosas que está ahí frente a mí, que me atribuya un cuerpo en este mundo y que por ende, pueda insertarme a mí mismo en él. Patentemente es /89/esta última fuente la experiencia sensible. Pero basta a nuestros [81]fines considerar la percepción sensible, que entre los actos de la experiencia desempeña en cierto buen sentido el papel de una experiencia primaria de la que todos los demás actos de experiencia sacan una parte principal de su poder de fundamentar. Toda conciencia percipiente tiene de propio ser conciencia de la presencia de un objeto individual en su propia persona, por decirlo así, el cual es por su parte, en sentido lógico puro, un individuo o una variante lógico-categorial de él.[Nota al pie: 1 Cf. supra, § 15, p. 41.] En nuestro caso, de la percepción sensible, o más claro, de la percepción de cosas, es el individuo lógico la cosa; y basta tratar la percepción de cosas como representante de todas las demás percepciones (de propiedades, procesos, etc.).