I1 (39) - Hua III/1 81

20Ich meditiere zunächst als "naiver" Mensch. Ich sehe und fasse das Ding selbst in seiner Leibhaftigkeit. Freilich täusche ich mich mitunter und nicht nur hinsichtlich der wahrgenommenen Beschaffenheiten, sondern auch hinsichtlich des Daseins selbst. Ich unterliege einer Illusion oder Halluzination. Die Wahrnehmung ist dann nicht "echte" Wahrnehmung. Ist sie es aber, und das sagt: läßt sie sich im aktuellen Erfahrungszusammenhange, ev. unter Mithilfe korrekten Erfahrungsdenkens "bestätigen", dann ist das wahrgenommene Ding wirklich und in der Wahrnehmung wirklich selbst, und zwar leibhaftig gegeben. Das Wahrnehmen30 erscheint dabei, bloß als Bewußtsein betrachtet und abgesehen vom Leibe und den Leibesorganen, wie etwas in sich Wesenloses, ein leeres Hinsehen eines leeren "Ich" auf das Objekt selbst, das mit diesem sich merkwürdig berührt.
I1 (39) 89 - Hua III/1 81

Medito, por lo pronto, como hombre "ingenuo". Veo y cojo la cosa misma en persona. Sin duda que a veces me engaño, y no sólo respecto de las propiedades percibidas, sino también respecto de la existencia misma. Sucumbo a una ilusión o alucinación. La percepción no es entonces una "auténtica" percepción. Pero si lo es, y esto quiere decir que se deja "confirmar" en el curso actual de la experiencia, eventualmente con la ayuda del correcto pensar empírico, entonces existe la cosa percibida realmente y está dada en la percepción realmente ella misma y en persona. El percibir, considerado meramente como conciencia y prescindiendo del cuerpo y de los órganos corporales, se presenta como algo carente de toda esencia, como el vacío mirar de un "yo" vacío al objeto mismo que se toca misteriosamente con éste.