I1 (41) - Hua III/1 84

Das wahrgenommene Ding kann sein, ohne wahrgenommen, ohne auch nur potentiell bewußt zu sein (in der Weise der früher[Fußnote: 1 Vgl. oben § 35, bes. S. 63.] beschriebenen Inaktualität); 30und es kann sein, ohne sich zu verändern. Die Wahrnehmung selbst ist aber, was sie ist, im beständigen Fluß des Bewußtseins und selbst ein beständiger Fluß: immerfort wandelt sich das Wahrnehmungs-Jetzt in das sich anschließende Bewußtsein des Soeben-Vergangenen, und zugleich leuchtet ein neues Jetzt auf 35usw. Wie das wahrgenommene Ding überhaupt, so ist auch alles und jedes, was diesem an Teilen, Seiten, Momenten zukommt, aus überall gleichen Gründen der Wahrnehmung notwendig transzendent,[85] heiße es nun primäre oder sekundäre Qualität. Die Farbe des gesehenen Dinges ist prinzipiell kein reelles Moment des Bewußtseins von Farbe, sie erscheint, aber während sie erscheint, kann und muß bei ausweisender Erfahrung die Erscheinung sich 5kontinuierlich verändern. Dieselbe Farbe erscheint "in" kontinuierlichen Mannigfaltigkeiten von Farbenabschattungen. Ähnliches gilt für sinnliche Qualität und ebenso für jede räumliche Gestalt. Die eine und selbe Gestalt (als dieselbe leibhaft gegeben) erscheint kontinuierlich immer wieder "in anderer Weise", in 10immer anderen Gestaltabschattungen.
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La cosa percibida puede existir sin percibirla, sin ni siquiera tener conciencia potencial de ella (en el modo de la inactualidad antes[Nota al pie: 1 Cf. supra, § 35, especialmente p. 81.] descrita); y puede existir sin alterarse. Pero la percepción misma es lo que es en el fluir constante de la conciencia y ella misma es un fluir constante: constantemente se convierte el ahora de la percepción en la conciencia de lo pasado hace un instante que le sigue sin solución de continuidad a la vez que destella un nuevo ahora, etc. Lo mismo que la cosa percibida en general, también toda y cada una de las partes, aspectos, factores que le /93/convienen, son, exactamente por las mismas razones, necesariamente trascendentes a la percepción, [85]llámense cualidades primarias o secundarias. El color de la cosa vista no es, por principio, ningún ingrediente de la conciencia de color; es algo que aparece, pero mientras aparece, puede y tiene, como lo comprueba la experiencia, que alterarse continuamente la apariencia. El mismo color aparece "en" multiplicidades continuas de matices de color. Cosa análoga hay que decir de toda cualidad sensible y también de toda forma espacial. Una y la misma forma (dada en persona como la misma) aparece continuamente "en otro modo", en distinto escorzo de la forma.