I1 (42) - Hua III/1 87

Zum Dinge 30als solchem, zu jeder Realität in dem echten, von uns noch aufzuklärenden und zu fixierenden Sinn, gehört wesensmäßig und ganz "prinzipiell"[Fußnote: 1 Wir gebrauchen hier, wie in dieser Schrift überhaupt, das Wort "prinzipiell" in einem strengen Sinne, mit Beziehung auf höchste und daher radikalste Wesensallgemeinheiten, bzw. Wesensnotwendigkeiten.] die Unfähigkeit, immanent wahrnehmbar und somit überhaupt im Erlebniszusammenhang vorfindlich zu sein. So heißt das Ding selbst und schlechthin transzendent. Darin bekundet35 sich eben die prinzipielle Unterschiedenheit der Seinsweisen, [88]die kardinalste, die es überhaupt gibt, die zwischen Bewußtsein und Realität.
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A la cosa en cuanto tal, a toda realidad en su auténtico sentido estricto, que todavía tenemos que explicar y fijar, es inherente, por esencia y de todo punto "por principio",[Nota al pie: 1 Usamos aquí, como en toda esta obra, las expresiones "por principio", "en principio", "de principio" en un sentido riguroso, en referencia a universalidades esenciales supremas y por ende las más radicales de todas.] la incapacidad de ser inmanentemente perceptible y, por ende, de encontrarse con ella dentro de la complexión de las vivencias en general. En este sentido se dice que la cosa es, en sí y puramente, trascendente. En esto se delata justamente la diversidad que hay por principio entre los modos del /96/ser, [88]la más cardinal que hay en general, la que hay entre la conciencia y la realidad en sentido estricto.