I1 (44) - Hua III/1 91

Zur Dingwahrnehmung gehört ferner, und auch das ist eine Wesensnotwendigkeit, eine gewisse Inadäquatheit. Ein Ding kann prinzipiell nur "einseitig" gegeben sein, und das sagt nicht 15nur unvollständig nur unvollkommen in einem beliebigen Sinne, sondern eben das, was die Darstellung durch Abschattung vorschreibt. Ein Ding ist notwendig in bloßen "Erscheinungsweisen" gegeben, notwendig ist dabei ein Kern von "wirklich Dargestelltem" auffassungsmäßig umgeben von einem 20Horizont uneigentlicher "Mitgegebenheit" und mehr oder minder vager Unbestimmtheit. Und der Sinn dieser Unbestimmtheit ist abermals vorgezeichnet durch den allgemeinen Sinn des Dingwahrgenommenen überhaupt und als solchen, bzw. durch das allgemeine Wesen dieses Wahrnehmungstypus, den wir 25Dingwahrnehmung nennen. Die Unbestimmtheit bedeutet ja notwendig Bestimmbarkeit eines fest vorgeschriebenen Stils. Sie deutet vor auf mögliche Wahrnehmungsmannigfaltigkeiten, die, kontinuierlich ineinander übergehend, sich zur Einheit einer Wahrnehmung zusammenschließen, in welcher das 30kontinuierlich dauernde Ding in immer neuen Abschattungsreihen immer wieder neue (oder rückkehrend die alten) "Seiten" zeigt. Dabei kommen allmählich die uneigentlich miterfaßten dinglichen Momente zu wirklicher Darstellung, also wirklicher Gegebenheit, die Unbestimmtheiten bestimmen sich näher, um 35sich dann selbst in klare Gegebenheiten zu verwandeln; in umgekehrter Richtung geht freilich das Klare wieder in Unklares, das Dargestellte in Nichtdargestelltes über usw.
I1 (44) 99 - Hua III/1 91

A la percepción de cosas es inherente además, y también esto es una necesidad esencial, una cierta inadecuación. Una cosa sólo puede en principio darse "por un lado", y esto no quiere decir sólo incompletamente, o imperfectamente en un sentido cualquiera, sino justo lo que impone la exhibición por medio de matices o escorzos. Una cosa se da necesariamente en meros "modos de aparecer", en que necesariamente hay un núcleo de algo "realmente exhibido", rodeado, por obra de apercepciones, de un horizonte de algo "co-dado" impropiamente y más o menos vagamente indeterminado. Y el sentido de esta indeterminación está trazado de antemano, una vez más, por el sentido de lo percibido en cuanto tal y en general, o por la esencia universal de este tipo de percepción que llamamos percepción de cosas. La indeterminación significa, en efecto, necesariamente la posibilidad de determinarse en un estilo rigurosamente prescrito. Anuncia posibles multiplicidades de la percepción, que pasando sin solución de continuidad una a otra, se funden en la unidad de una percepción en que la cosa, que dura también sin solución de continuidad, muestra en series siempre nuevas de matices o escorzos "lados" asimismo nuevos (o, regresivamente, los antiguos). Con ello vienen paulatinamente los factores de la cosa impropiamente coaprehendidos a exhibirse realmente, o sea, a darse realmente, determinándose más las indeterminaciones, para convertirse ellas mismas en claros/100/ datos; en una dirección inversa, pasa, sin duda, lo claro de nuevo a oscuro, lo exhibido a no exhibido, etc.