I1 (46) - Hua III/1 98

Die soeben durchgeführte Überlegung macht es auch klar, daß keine aus der Erfahrungsbetrachtung der Welt geschöpften Beweise erdenklich sind, die uns mit absoluter Sicherheit der Weltexistenz vergewisserten. Die Welt ist nicht zweifelhaft in dem 35Sinne, als ob Vernunftmotive vorlägen, die gegen die ungeheure [99]Kraft der einstimmigen Erfahrungen in Betracht kämen, aber in dem Sinne, daß ein Zweifel denkbar ist, und das ist er, weil die Möglichkeit des Nichtseins, als prinzipielle, niemals ausgeschlossen ist. Jede noch so große Erfahrungskraft kann allmählich aufgewogen5 und überwogen werden. Am absoluten Sein der Erlebnisse ist dadurch nichts geändert, ja sie bleiben immer zu all dem vorausgesetzt.
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La consideración acabada de hacer pone también en claro que no cabe concebir prueba alguna sacada de la contemplación empírica del mundo y capaz de cerciorarnos con absoluta seguridad de la existencia de éste. El mundo no es dudoso en el sentido de que hubiese motivos racionales que entrasen en cuenta contra la enorme [99]fuerza de las experiencias coherentes, sino en el sentido de que es concebible una duda, y lo es, porque jamás queda excluida la posibilidad de la no existencia, por ser una posibilidad de principio. A toda fuerza empírica, por grande que sea, puede contrapesársela, superársela paulatinamente. En el ser absoluto de las vivencias nada cambia con ello, más aún, siguen siendo siempre un supuesto de todo ello.