I1 (52) - Hua III/1 110

25Dürfen wir nun gar im Sinne des so sehr verbreiteten "Realismus" sagen: Das wirklich Wahrgenommene (und im ersten Sinne Erscheinende) sei seinerseits als Erscheinung, bzw. als instinktive Substruktion eines Andern, ihm innerlich Fremden und von ihm Getrennten anzusehen? Theoretisch betrachtet habe dieses30 letztere zu gelten als eine zu Zwecken der Erklärung des Laufes der Erscheinungserlebnisse hypothetisch anzunehmende und völlig {98}unbekannte Realität, als eine verborgene, nur indirekt und analogisch durch mathematische Begriffe zu charakterisierende Ursache dieser Erscheinungen?

35Schon auf Grund unserer allgemeinen Darstellungen (die sich [111]durch unsere weiteren Analysen noch sehr vertiefen und beständige Bestätigung erfahren werden) leuchtet es ein, daß derartige Theorien nur so lange möglich sind, als man es vermeidet, den im eigenen Wesen der Erfahrung liegenden Sinn von Dinggegebenem5 und somit von "Ding überhaupt" ernstlich ins Auge zu fassen und wissenschaftlich zu ergründen --- den Sinn, der die absolute Norm aller vernünftigen Rede über Dinge ausmacht. Was gegen diesen Sinn verstößt, ist eben widersinnig im strengsten Verstande

I1 (52) 119 - Hua III/1 110

¿Debemos, entonces, decir en el sentido del "realismo", tan difundido, que lo realmente percibido (y que aparece, en el primer sentido) deba mirarse, por su parte, como apariencia o sustituto instintivo de algo distinto, íntimamente extraño a ello y separado de ello? ¿Debe esto último pasar, bajo el punto de vista teórico, por una realidad en sentido estricto completamente desconocida, pero que hay que admitir hipotéticamente a fin de explicar el curso de las vivencias de apariencia, o como una causa de estas apariencias escondida y sólo caracterizable /120/indirecta y analógicamente por medio de conceptos matemáticos?

Simplemente sobre la base de nuestras consideraciones generales (que [111]todavía se profundizarán mucho y recibirán una constante confirmación con nuestros análisis ulteriores) resulta claro que semejantes teorías sólo son posibles mientras se evita fijar seriamente la vista y ahondar científicamente el sentido del darse una cosa y por ende de "cosa en general", sentido implícito en la esencia propia de la experiencia, sentido que constituye la norma absoluta de todo hablar racionalmente de cosas. Lo que peca contra este sentido es precisamente un contrasentido en la más rigurosa acepción,