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in der physikalischen Methode das wahrgenommene Ding selbst, immer und prinzipiell, genau das Ding [112]ist, das der Physiker erforscht und wissenschaftlich bestimmt.

Dieser Satz scheint den früher ausgesprochenen[Fußnote: 1 Vgl. oben S. 72, § 40.] Sätzen zu widersprechen, in welchen wir uns den Sinn gemeinüblicher Reden5 der Physiker, bzw. den Sinn der traditionellen Scheidung zwischen primären und sekundären Qualitäten, näher zu bestimmen suchten. Nach Ausscheidung offenbarer Mißdeutungen sagten wir, das "eigentlich erfahrene Ding" gebe uns das "bloße Dies", ein "leeres x", das zum Träger der exakten physikalischen 10Bestimmungen werde, die selbst nicht in die eigentliche Erfahrung fallen. Das "physikalisch wahre" Sein sei also ein "prinzipiell anders bestimmtes" als das in der Wahrnehmung selbst "leibhaft" gegebene. Dieses stehe mit lauter sinnlichen Bestimmtheiten da, die eben nicht physikalische sind.

15Indessen vertragen sich die beiden Darstellungen sehr wohl, und wir brauchen gegen jene Interpretation der physikalischen Auffassung nicht ernstlich zu streiten. Wir müssen sie nur richtig verstehen.

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en el método de la física es la cosa percibida misma, siempre y por principio, exactamente [112]la cosa que el físico investiga y determina científicamente.

Esta afirmación parece contradecir las afirmaciones anteriormente hechas[Nota al pie: 1 Cf. supra, § 40, p. 91.] en que tratamos de precisarnos el sentido de la manera de hablar vulgar del físico o el sentido de la distinción tradicional entre las cualidades primarias y secundarias. Después de eliminar algunas malas inteligencias patentes, dijimos que la "cosa de que tenemos propiamente experiencia" nos da el "mero esto", una "x vacía", que se torna el soporte de las determinaciones físicas exactas, que no caen ellas mismas dentro de la experiencia propiamente tal. El ser "físicamente verdadero" es, pues, un ser "determinado por principio de otra manera" que el ser que se da "en persona" en la percepción misma. Esta se halla ahí con puras determinaciones sensibles, que justamente no son físicas.

Sin embargo, son perfectamente compatibles ambas maneras de exponer las cosas, y no necesitamos disputar en serio contra esa interpretación de la ciencia física. Sólo necesitamos entenderla rectamente.