I1 (54) - Hua III/1 118

Denken wir uns, wir vollzögen naturhafte Apperzeptionen, aber 25beständig ungültige, sie ließen keine einstimmigen Zusammenhänge zu, in denen sich uns Erfahrungseinheiten konstituieren könnten; mit anderen Worten, denken wir uns im Sinne der obigen Ausführungen[Fußnote: 1 Vgl. § 49, S. 91.] die ganze Natur, zunächst die physische, "vernichtet": dann gäbe es keine Leiber mehr und somit keine 30Menschen. Ich als Mensch wäre nicht mehr, und erst recht wären nicht für mich Nebenmenschen. Aber mein Bewußtsein, so sehr seine Erlebnisbestände geändert wären, bliebe ein absoluter Erlebnisstrom mit seinem eigenen Wesen. Wäre noch etwas übrig, was die Erlebnisse als "Zustände" eines persönlichen Ich fassen 35ließe, in deren Wechsel sich identische persönliche Eigenschaften [119]bekundeten, so könnten wir auch diese Auffassungen auflösen, die intentionalen Formen, die sie konstituieren, abtun und auf die reinen Erlebnisse reduzieren. Auch psychische Zustände weisen auf Regelungen absoluter Erlebnisse zurück, in denen sie 5sich konstituieren, in denen sie die intentionale und in ihrer Art transzendente Form "Zustand" annehmen.
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Imaginemos que llevásemos a cabo percepciones naturales pero constantemente faltas de validez, esto es, que no tolerasen relaciones de coherencia en que pudieran constituirse para nosotros unidades de experiencia; en otras palabras, imaginemos, en el sentido de las consideraciones anteriores,[Nota al pie: 1 Cf. § 49, p. 112.] la naturaleza entera, /128/empezando por la física, "aniquilada": ya no habría cuerpo alguno ni por ende hombre alguno. Yo como hombre ya no existiría, ni mucho menos existirían para mí prójimos. Pero mi conciencia, por mucho que se alterase su contenido de vivencias, seguiría siendo una corriente de vivencias absoluta con su esencia propia. De quedar todavía algo que permitiera tomar las vivencias por "estados" de un yo personal en cuyo cambio se diesen a conocer propiedades personales idénticas, [119]podríamos disolver también estas apercepciones, abolir las formas intencionales que constituyen y reducirlo todo a las vivencias puras. También los estados psiquicos remontan a regulaciones de vivencias absolutas en que ellos se constituyen, en que toman la forma intencional y a su manera trascendente de "estado".