I1 (67) - Hua III/1 141

Die Wesenserfassung hat demnach selbst ihre Klarheitsstufen, so wie das vorschwebende Einzelne. Es gibt aber für jedes 35Wesen, ebenso wie für das ihm entsprechende Moment am Individuellen, sozusagen eine absolute Nähe, in der seine Gegebenheit eine in Hinsicht auf diese Stufenreihe absolute ist, d.h. reine Selbstgegebenheit. Das Gegenständliche ist nicht nur überhaupt [142]als "selbst" vor dem Blicke stehend und als "gegeben" bewußt, sondern als rein gegebenes Selbst, ganz und gar, wie es in sich selbst ist. Soweit noch ein Rest von Unklarheit verbleibt, soweit verschattet er in dem "selbst" Gegebenen Momente, die 5somit in den Lichtkreis des Reingegebenen nicht hineinreichen. Im Falle der vollen Unklarheit, dem Gegenpol der vollen Klarheit, ist gar nichts zu einer Gegebenheit gekommen, das Bewußtsein ist ein "dunkles", gar nicht mehr anschauendes, im eigentlichen Sinne überhaupt nicht mehr "gebendes".
I1 (67) 151 - Hua III/1 141

El apresar esencias tiene de suyo, según esto, sus grados de claridad, lo mismo que lo singular presente. Pero hay para cada esencia, igual que para la nota que responde a cada esencia en lo /152/individual, una cercanía absoluta, por decirlo así, en que su darse es absoluto por lo que respecta a esta serie de grados, es decir, es un puro darse la esencia misma. El objeto no es consciente simplemente [142]como estando "él mismo" a la vista y como "dado", sino como algo que se da pura y totalmente como es en sí mismo. En la medida en que queda aún un resto de oscuridad, en la misma medida oculta este resto en lo que se da "en sí mismo" facetas que, por consiguiente, no llegan a entrar dentro del círculo de luz de lo puramente dado. En el caso de la plena oscuridad, polo opuesto de la plena claridad, no llega a darse absolutamente nada, siendo la conciencia una conciencia "oscura", que ya no intuye nada, en que ya no se "da" nada en el sentido propio del término.