I1 (75) - Hua III/1 156

Nehmen wir z.B. ein Erlebnis der 30Gattung "dingliche Phantasie", so wie es uns, sei es in phänomenologisch-immanenter Wahrnehmung oder einer sonstigen (immer reduzierten) Anschauung gegeben ist. Dann ist das phänomenologisch Singuläre (die eidetische Singularität) diese Dingphantasie, in der ganzen Fülle ihrer Konkretion, genau so wie sie im Erlebnisfluß35 dahinfließt, genau in der Bestimmtheit und Unbestimmtheit, mit der sie ihr Ding bald von den, bald von jenen Seiten zur Erscheinung {140}bringt, genau in der Deutlichkeit oder Verschwommenheit,[157] in der schwankenden Klarheit und intermittierenden Dunkelheit usw., die ihr gerade eigen ist. Nur die Individuation läßt die Phänomenologie fallen, den ganzen Wesensgehalt aber in der Fülle seiner Konkretion erhebt sie ins eidetische Bewußtsein5 und nimmt ihn als ideal-identisches Wesen, das sich, wie jedes Wesen, nicht nur hic et nunc, sondern in unzähligen Exemplaren vereinzeln könnte. Man sieht ohne weiteres, daß an eine begriffliche und terminologische Fixierung dieses und jedes solchen fließenden Konkretums nicht zu denken ist, und daß 10dasselbe für jedes seiner unmittelbaren, nicht minder fließenden Teile und abstrakten Momente gilt.
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Tomemos, por ejemplo, una vivencia del género "imaginar en la fantasía una cosa", tal como se nos da, sea en una percepción fenomenológicamente inmanente o en otra intuición cualquiera (siempre reducida). En este caso es lo fenomenológicamente singular (la singularidad eidética) este imaginar en la fantasía la cosa, en toda la plenitud de su concreción, exactamente como va transcurriendo en la corriente de la conciencia, exactamente con la determinación e indeterminación con que hace aparecer la cosa, ya por un lado, ya por otro; exactamente tan distinta o tan borrosamente, [157]con la vacilante claridad e intermitente oscuridad, etc., que le sean justamente propias. Tan sólo la individuación omite la fenomenología, pero el contenido esencial entero, en la plenitud de su concreción, lo eleva al nivel de la conciencia eidética, tomándolo como una esencia idéntica-ideal que no podría, como ninguna esencia, individualizarse sólo hic et nunc, sino en innúmeros ejemplares. Se ve sin más que no cabe pensar en fijar en conceptos y términos tal o cual concretum fluyente de éstos, y que esto mismo es válido para cada una de sus partes y notas abstractas directas, no menos fluyentes.