I1 (79) - Hua III/1 175

Die Phänomene der Reflexion sind in der Tat eine Sphäre reiner und evtl. vollkommen klarer Gegebenheiten. Es ist eine jederzeit erreichbare, weil unmittelbare Wesenseinsicht, daß vom gegenständlich Gegebenen als solchem aus eine Reflexion möglich 20ist auf das gebende Bewußtsein und sein Subjekt; vom Wahrgenommenen, dem leibhaftigen "da" aus auf das Wahrnehmen; vom Erinnerten, sowie es als solches, als "Gewesenes" "vorschwebt", auf das Erinnern; von der Aussage aus in ihrem ablaufenden Gegebensein auf das Aussagen usw.; wobei das Wahrnehmen25 als Wahrnehmen eben dieses Wahrgenommenen, das jeweilige Bewußtsein als Bewußtsein dieses jeweilig Bewußten zur Gegebenheit kommt. Es ist evident, daß wesensmäßig --- also nicht aus bloß zufälligen Gründen, etwa gar bloß "für uns" und unsere zufällige "psychophysische Konstitution" --- nur durch 30Reflexionen dieser Art so etwas {157}wie Bewußtsein und Bewußtseinsinhalt (in reellem oder intentionalem Sinn) erkennbar ist. An diese absolute und einsichtige Notwendigkeit ist also auch Gott gebunden, ebenso wie an die Einsicht, daß 2 + 1 = 1 + 2 ist. Auch er könnte von seinem Bewußtsein und Bewußtseinsgehalt 35Erkenntnis nur reflektiv gewinnen.[Fußnote: 1 Wir spielen hier den Streit nicht etwa hinüber in die Domäne der Theologie: Die Idee Gott ist ein notwendiger Grenzbegriff in erkenntnistheoretischen Erwägungen bzw. ein unentbehrlicher Index für die Konstruktion gewisser Grenzbegriffe, deren auch der philosophierende Atheist nicht entraten könnte.]
I1 (79) 185 - Hua III/1 175

Los fenómenos de la reflexión son de hecho una esfera de datos puros y, en casos, perfectamente claros. Es una evidencia esencial, asequible en todo momento, por ser directa, la de que partiendo de lo dado objetivamente en cuanto tal, es posible una reflexión que verse sobre la conciencia en que se da algo y su sujeto; que partiendo de lo percibido, lo que está en persona "ahí", verse sobre el percibir; que partiendo de lo recordado según/186/ "flota ante la vista" en cuanto tal, en cuanto "sido", verse sobre el recordar; que desde la proposición, en su darse discursivo, verse sobre el proponer, etc.; en lo cual el percibir se da como percibir justo este percepto, la conciencia de que se trate como conciencia de aquello de que se es consciente en el caso. Es evidente que esencialmente ---así, pues, no por razones meramente accidentales, digamos, meramente "para nosotros" y nuestra accidental "constitución psicofísica"--- sólo mediante reflexiones de esta índole es cognoscible algo tal como la conciencia y el contenido de conciencia (en sentido de ingrediente o intencional). A esta necesidad absoluta e intelectualmente evidente está ligado el mismo Dios, como lo está a la evidencia de que 2 + 1 = 1 + 2. Dios mismo sólo reflexivamente podría adquirir conocimiento de su conciencia y del contenido de ella.[Nota al pie: 1 No llevamos la discusión al dominio de la teología: la idea de Dios es un concepto límite, necesario en las consideraciones epistemológicas, o un índice indispensable para construir ciertos conceptos límites de que no podría prescindir ni siquiera el ateo filósofo.]