I1 (88) - Hua III/1 203

Angenommen, wir blicken mit Wohlgefallen in einen Garten auf einen blühenden Apfelbaum, auf das jugendfrische Grün des Rasens usw. Offenbar ist die Wahrnehmung und das begleitende 30Wohlgefallen nicht das zugleich Wahrgenommene und Gefällige. In der natürlichen Einstellung ist uns der Apfelbaum ein Daseiendes in der transzendenten Raumwirklichkeit, und die Wahrnehmung, sowie das Wohlgefallen ein uns, den realen Menschen zugehöriger psychischer Zustand. Zwischen dem einen und anderen 25Realen, dem realen Menschen, bzw. der realen Wahrnehmung, [204]und dem realen Apfelbaum bestehen reale Verhältnisse. In gewissen Fällen heißt es in solcher Erlebnissituation: die Wahrnehmung sei "bloße Halluzination", das Wahrgenommene, dieser Apfelbaum vor uns existiere in der "wirklichen" Realität nicht. 5Jetzt ist das reale Verhältnis, das vordem als wirklich bestehendes gemeint war, gestört. Die Wahrnehmung ist allein übrig, es ist nichts Wirkliches da, auf das sie sich bezieht.
I1 (88) 214 - Hua III/1 203

Supongamos que miramos con agrado en un jardín a un manzano en flor, al verde nuevo y fresco del césped, etc. Patentemente, no son la percepción y el concomitante agrado lo percibido y grato a la vez. En tal actitud natural es para nosotros el manzano algo que está ahí en la realidad trascendente del espacio, la percepción, así como el agrado, un estado psíquico que nos pertenece a nosotros, los seres humanos reales en sentido estricto. Entre una y otra realidad, en este sentido, el ser humano real o la percepción real [204]y el manzano real, existen relaciones reales, siempre en el mismo sentido. En ciertos casos se dice en semejante situación vivencial: la percepción es una "mera alucinación"; lo percibido, este manzano que está ahí delante de nosotros, no existe en la "verdadera realidad". Ahora queda rota la relación real en sentido estricto mentada anteriormente como existente en verdad. Lo único que resta es la percepción, sin que haya ahí nada de veras a que se refiera.