I1 (9) - Hua III/1 24

Das (Q.V.) bestätigt die Entwicklung der rationellen Naturwissenschaften,30 der physikalischen. Ihre große Epoche beginnt ja in der Neuzeit eben damit, daß die schon im Altertum (und im wesentlichen in der Platonischen Schule) als reine Eidetik hoch ausgebildete Geometrie mit einem Male und in großem Stile fruchtbar gemacht wird für die physikalische Methode. Man macht sich 35klar, daß es Wesen des materiellen Dinges sei, res extensa zu sein, daß somit die Geometrie die auf ein Wesensmoment solcher Dinglichkeit, die Raumform, bezogene ontologische Disziplin sei. Man macht sich aber auch ferner klar, daß das allgemeine (in unserer Redeweise regionale) Wesen des [25]Dinges viel weiter reiche. Das zeigt sich darin, daß die Entwicklung zugleich die Richtung verfolgt, eine Reihe neuer, der Geometrie zu koordinierender und zu gleicher Funktion der Rationalisierung des Empirischen berufener Disziplinen5 auszubilden. Die herrliche Blüte der formalen und materialen mathematischen Wissenschaften entspringt aus dieser Tendenz. Mit leidenschaftlichem Eifer werden sie als rein "rationale" Wissenschaften (in unserem Sinne als eidetische Ontologien) ausgebildet, bzw. neu gebildet, und zwar (in den 10Anfängen der Neuzeit und noch lange hin) nicht um ihrer selbst, sondern um der empirischen Wissenschaften willen. Sie trugen denn auch reichlich die erhofften Früchte in der parallelen Entwicklung der vielbewunderten rationellen Physik.
I1 (9) 31 - Hua III/1 24

Es (Q.V.) lo que confirma la evolución de las ciencias naturales racionales, las ciencias físicas. Su gran época comienza, en efecto, en la edad moderna, justo cuando se supo hacer fecunda de una vez y en gran estilo para el método de la física la geometría, ya desarrollada altamente como pura eidética en la antigüedad (y, en lo esencial, en la escuela platónica). Entonces se ve claro que la esencia de la cosa material es ser res extensa y que, por ende, es la geometría la disciplina ontológica referente a un factor esencial de semejante tipo de cosa, la forma espacial. Pero también se ve claro que la esencia universal (regional, en /32/nuestra terminología) de la [25]cosa va mucho más lejos. Esto se revela en que la evolución sigue a la vez una dirección en que se desarrolla una serie de nuevas disciplinas coordinables con la geometría y llamadas a desempeñar la misma función de racionalizar lo empírico. La magnífica floración de las ciencias matemáticas formales y materiales brota de esta tendencia. Con apasionado celo se las desarrolla como ciencias puramente racionales (como ontologías eidéticas, en nuestro sentido), o se las crea del todo, y, encima (así en los comienzos de la edad moderna como largo tiempo después todavía), no por ellas mismas, sino en servicio de las ciencias empíricas. Y ellas produjeron, en efecto, con toda abundancia los esperados frutos en la evolución paralela de la tan admirada física racional.