I1 (92) - Hua III/1 214

Die attentionalen Gestaltungen haben in ihren Aktualitätsmodis in ausgezeichneter Weise den Charakter der Subjektivität, und diesen selben gewinnen dann alle die Funktionen, die durch diese Modi eben modalisiert werden, bzw. die sie ihrer 20Artung nach voraussetzen. Der aufmerkende Strahl gibt sich als vom reinen Ich ausstrahlend und im Gegenständlichen terminierend, zu ihm hingerichtet oder von ihm sich ablenkend. Der Strahl trennt sich nicht vom Ich, sondern ist selbst und bleibt Ichstrahl. Das "Objekt" ist betroffen, Zielpunkt, nur zum Ich (und von ihm 25selbst) in Beziehung gesetzt aber nicht selbst "subjektiv". Eine Stellungnahme, die den Ichstrahl in sich trägt, ist dadurch Akt des Ichs selbst, das Ich tut oder leidet, ist frei oder bedingt. Das Ich, so drückten wir uns auch aus, "lebt" in solchen Akten. Dieses Leben bedeutet nicht das Sein von irgendwelchen "Inhalten" in 30einem Inhaltsstrome, sondern eine Mannigfaltigkeit von beschreibbaren Weisen, wie das reine Ich in gewissen intentionalen Erlebnissen, die den allgemeinen Modus des cogito haben, als das "freie Wesen", das es ist, darinnen lebt. Der Ausdruck "als freies Wesen" besagt aber nichts anderes als solche Lebensmodi des Aus-sich-frei-herausgehens35 oder In-sich-zurückgehens, des spontanen Tuns, des von den Objekten etwas Erfahrens, Leidens usw. Was außerhalb des Ichstrahls, bzw. des cogito im Erlebnisstrome vonstatten geht, das ist wesentlich anders charakterisiert, es liegt außerhalb der Ichaktualität und hat doch, wie wir früher schon angedeutet [215]haben, Ichzugehörigkeit insofern, als es das Feld der Potentialität für freie Akte des Ich ist.
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Las formas atencionales tienen en sus modos de actualidad por manera señalada el carácter de la subjetividad y éste mismo cobran luego todas las funciones que resultan modalizadas justo por estos modos o que por su índole los suponen. El rayo de la atención se da como irradiando del yo puro y terminando en el objeto, dirigido hacia él o desviándose de él. El rayo no se separa del yo, sino que es y sigue siendo él un rayo del yo. El "objeto" queda alcanzado, es meta, está puesto sólo relativamente al yo (y por este mismo), pero no es él mismo "subjetivo". Un tomar posición que lleva en sí el rayo del yo es por ende un acto del yo mismo, el yo hace o padece, está libre o condicionado. El yo, así nos expresamos también, "vive" en tales actos. Este vivir no significa el ser de ninguna clase de "contenidos" en una corriente de éstos, sino una multiplicidad de modos describibles de cómo el yo puro de ciertas vivencias intencionales que tienen el modo general del cogito vive en ellas como el "ente libre" que él es. Pero la expresión "como el ente libre que él es" no quiere decir otra cosa que semejantes modos de vivir, del salir libremente de sí o del recogerse en sí, del espontáneo hacer, del experimentar algo por parte de los objetos, del padecer, etc. Lo que tiene lugar fuera del rayo del yo o del cogito en la corriente de las vivencias tiene un carácter esencialmente distinto, está fuera de la actualidad del yo y sin embargo, como ya hemos indicado antes, [215]es inherente al yo en tanto es el campo de la potencialidad para los actos libres del yo.