I2 (11) - Hua IV 26

Und eben (Q.V.) 35weil die Wertungen, die das Natur erfahrende, Naturwissenschaft treibende Subjekt als solches vollzieht, nicht konstitutiv sind für die Objekte, mit denen es zu tun hat, konnte mit Recht gesagt werden, daß es in seinem Bereiche keine Wertobjekte u.dgl. gibt. Eines ist aber dabei zu beachten. Die wertenden und wollenden [27]Akte: das Fühlen, Wollen, Sichentschließen, Handeln, sind nicht aus der Sachsphäre ausgeschaltet, sondern gehören, wenn sie auch nicht selbst als Träger von Wertprädikaten oder analogen Prädikaten auftreten, durchaus der Sachsphäre zu. Das ganze 5Bewußtsein als Gegenstand nehmen wir mit, aber wir lassen uns nur durch das doxische objektivierende Bewußtsein und nicht durch das wertende "Gegenstände konstituieren". Die uns so erfahrbare Sachsphäre soll uns jetzt die naturwissenschaftliche bestimmen. Wir halten uns also von jetzt an rein in der naturwissenschaftlichen10 Einstellung und sind uns dabei klar, daß wir damit eine Art Ausschaltung, eine Art èpoqué, vollziehen. Im gewöhnlichen Leben haben wir es gar nicht mit Naturobjekten zu tun. Was wir Dinge nennen, das sind Gemälde, Statuen, Gärten, Häuser, Tische, Kleider, Werkzeuge usw. All 15das sind Wertobjekte verschiedener Art, Gebrauchsobjekte, praktische Objekte. Es sind keine naturwissenschaftlichen Objekte.
I2 (11) 56 - Hua IV 26

Y precisamente (Q.V.) porque las valoraciones que el sujeto que experimenta la naturaleza y ejerce la ciencia de la naturaleza ejecuta como tal, no son constitutivas para los objetos con los que tiene que ver, pudo decirse, con justicia, que en su dominio no hay ningún objeto de valor ni nada semejante. Pero hay en este respecto algo que advertir. Los actos valorativos y volitivos: [27]el sentir, el querer, el resolverse, el actuar, no están desconectados de la esfera de las cosas, sino que pertenecen íntegramente a ella, aun cuando ellos mismos no se presentan tampoco como portadores de predicados de valor o predicados análogos. Llevamos con nosotros la conciencia entera como objeto, pero nos permitimos "constituir objetos" solamente mediante la conciencia dóxica objetivante y no mediante la conciencia valorativa. La esfera de cosas que nos es así experimentable ha de determinar para nosotros ahora la esfera científico-natural. Así pues, actuamos de ahora en adelante puramente en la actitud científico-natural, y tenemos en claro que con ello ejecutamos una especie de desconexión, una especie de èpoqué. En la vida corriente no tenemos nada que ver con objetos de la naturaleza. Lo que llamamos cosas son pinturas, estatuas, jardines, casas, mesas, vestidos, herramientas, etc. Todas ellas son objetos de valor de diferente índole, objetos de uso, objetos prácticos. Estos no son objetos científico-naturales.