I2 (17) - Hua IV 54

In unseren Betrachtungen [vom § 16 überhaupt] haben wir mit Absicht das Allgemeine der Dingheit überhaupt, die "Realität" stärker hervortreten5 lassen gegenüber dem, was zur Materialität als solcher als dem Spezifischen der extensiven Realität gehört. Jenes Allgemeine, das sicherlich am besten als Realität zu bezeichnen wäre, heißt Substanz. (Leider sind alle diese philosophischen Termini mit Aequivokationen behaftet und entbehren jeder tieferen Klärung).10 Dem gegenüber haben wir hier einen festen Wesensbestand aus der Intuition geschöpft, der in seiner grundlegenden Bedeutung evident ist. Zur Abscheidung dieser echten "Realitäten" von dem verbreiteten weitesten Wortsinn, der jedwedes individuelle (oder zeitliche) Sein befaßt, sagen wir 15substantielle Realität; doch soll im weiteren, wo immer wir einfach von Substantialität, bzw. von Substanz oder Ding sprechen, eben dies gemeint sein. Hierbei soll uns die extensive Substanz nur als eine Besonderung gelten. Von der Rolle der Extension (Körperlichkeit) haben wir schon oben gesprochen. 20Danach ist es klar, daß Bestimmtheiten wie Lage, Figur usw. als zur Extension gehörig nicht substantielle Eigenschaften sind, vielmehr durchaus kausale. Was ihre Gegebenheitsweise anbelangt, so sind sie nicht Einheiten der "Beurkundung", sie gehören vielmehr schon zum Schema. Das 25hindert nicht, daß auch Gestalt und Lage eines Dinges nach Unveränderung und Veränderung von Umständen abhängig sind und in dieser kausalen Abhängigkeit erfahrbar sind.
I2 (17) 85 - Hua IV 54

En nuestras consideraciones [principalmente del § 16] hemos dejado a propósito que resalte con más intensidad lo general de la cosidad sin más, la "realidad", frente a aquello que pertenece a la materialidad como tal en cuanto lo específico de la realidad extensiva. Aquello general, que sin duda habría que designar de preferencia como realidad, se llama sustancia. (Desgraciadamente, todos estos términos filosóficos están cargados de equívocos y carecen de toda aclaración profunda.) Frente a ello tenemos aquí un componente esencial fijo sacado de la intuición, que es evidente en su significado fundamental. Para la separación de estas genuinas "realidades" del difundido sentido más amplio de la palabra, que abarca cualquier ser individual (o temporal), decimos realidad sustancial; así, en adelante debe entenderse precisamente esto siempre que hablemos simplemente de sustancialidad, o de sustancia o cosa. De este modo, la sustancia extensiva debe valer para nosotros solamente como una particularización. Del papel de la extensión (corporeidad) ya hemos hablado arriba. Según ello, está claro que determinaciones como posición, figura, etc., en cuanto pertenecientes a la extensión, no son propiedades sustanciales, sino más bien por completo causales. Por lo que atañe a su manera de darse, no son unidades de la "protomanifestación", sino que más bien pertenecen ya al esquema. Ello no impide que también la figura y la posición de una cosa dependan de circunstancias en lo que respecta a la inalteración y la alteración, y que sean experimentables en esta dependencia causal.