I2 (18c) - Hua IV 74

Dabei (Q.V.) stellt es sich heraus, daß Wahrnehmungstätigkeiten, 10rein als physische Kausalverhältnisse betrachtet, (die rein physische Seite des Betastens, Riechens, Sehens etc.) nicht beliebige Kausalverhältnisse zwischen dem Leib und den wahrzunehmenden Dingen sind; es handelt sich vielmehr um Kausalitäten typischer Art. Der Leib als Ding wie ein 15anderes läßt noch eine Unendlichkeit von Kausalitäten darüber hinaus zu, nämlich jedweder Art von Kausalitäten, die zu physisch so beschaffenen Dingen überhaupt gehören. Wird also das Typische überschritten, so bleiben die psychophysischen Folgen möglich, die von den typischen abweichen. Das 20Typische ist aber hier die Anknüpfung von geregelten Empfindungsgruppen, auffaßbar und aufgefaßt als normale Dingerscheinungen, aber als solche, die die Einstimmigkeit der Naturerfahrung durchbrechen. Offen bleibt aber auch die Möglichkeit einer solchen Änderung der betreffenden Leibesglieder, daß gar 25keine Empfindungen auftreten oder nur solche, die nicht mehr als Dingerscheinungen auffaßbar sind. Alle solche Erscheinungs- und Empfindungsgruppen heben sich als Durchbrechungen ab vom System der "orthoaesthetischen" Wahrnehmungen, in dem die eine und selbe Wirklichkeit einstimmig erfahren ist. Der Leib 30heißt durchaus orthoaesthetisch oder "normal" fungierend, solange die psychophysisch abhängigen Wahrnehmungen, bzw. Erscheinungen orthoaesthetische sind.
I2 (18c) 106 - Hua IV 74

En ello (Q.V.) se pone de manifiesto que las actividades perceptivas, consideradas puramente como relaciones causales físicas (el lado puramente físico del palpar, oler, ver, etc.), no son relaciones causales cualesquiera entre el cuerpo y las cosas que han de ser percibidas; se trata más bien de causalidades de especie típica. El cuerpo, en cuanto una cosa como cualquier otra, admite todavía, además de éstas, una infinidad de causalidades, a saber, todas aquellas especies de causalidades que pertenecen en general a las cosas que tienen como él una contextura física. Así pues, si lo típico es rebasado, entonces siguen siendo posibles las consecuencias psicofísicas que se desvían de las típicas. Pero lo típico es aquí el enlazamiento de grupos regulados de sensaciones, aprehensibles y aprehendidos como apariciones normales de cosas, pero como apariciones tales que rompen la concordancia de la experiencia de la naturaleza. También sigue abierta, empero, la posibilidad de un cambio tal de los miembros del cuerpo afectados, que no se presenten en absoluto/107/ ningunas sensaciones o solamente aquellas que ya no son aprehensibles como apariciones de cosa. Todos esos grupos de apariciones y de sensaciones se destacan como rupturas del sistema de las percepciones "ortoestéticas", en el cual se experimenta concordantemente la realidad una y misma. Decimos que el cuerpo funciona por completo ortoestética o "normalmente" en la medida en que las percepciones o apariciones psicofísicamente dependientes son ortoestéticas.