I2 (18d) - Hua IV 75

35Die in diesen Relativismen der Erfahrung (Q.V.) im Erfahrungszusammenhang vollzogene Objektivierung setzt das Ding an als identisches Substrat identischer Eigenschaften. Das [76]Ding sieht zwar anders aus, je nachdem ich das Auge drücke (Doppelbilder) oder nicht, je nachdem ich Santonin esse oder nicht etc. Aber es ist bewußtseinsmäßig dasselbe und der Wechsel der Färbung gilt nicht als Wechsel oder vielmehr Veränderung 5der Eigenschaft, die die Farbe anzeigt, die in ihr gegeben ist. Und so überall. Das Ding ist, was es ist, im Dingzusammenhang und "mit Beziehung" auf das erfahrende Subjekt, aber es ist doch dasselbe in allen Zustands- und Erscheinungsänderungen, die es infolge der wechselnden Umstände erleidet, und als dasselbe10 Ding hat es einen Bestand an "bleibenden" Eigenschaften. Das erinnert uns an die formale Logik, welche von Gegenständen überhaupt spricht und Bedingungen der Möglichkeit ausspricht, damit irgendwelche Gegenständlichkeit als identisch, d.i. als einstimmig in Identität durchhaltbar soll gelten können. 15Jeder Gegenstand ist, was er ist, d.h. er hat eigene Beschaffenheiten, Eigenschaften, in denen sein identisches Sein sich auseinanderlegt, und mit diesen Eigenschaften, die seine bleibenden sind, zu seiner Identität gehörig, tritt er in Relationen ein etc.
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La objetivación ejecutada en estos relativismos de la experiencia (Q.V.) en el nexo de experiencia, pone la cosa como sustrato idéntico de propiedades idénticas. La [76]cosa tiene, por cierto, diferente aspecto según que me presione los ojos (doble imagen) o no, según que ingiera santonina o no, etc. Pero concientemente es la misma y el cambio de la coloración no cuenta como cambio, o más bien alteración, de la propiedad que el color denuncia, que está dada en él. Y así por todas partes. La cosa es lo que es en el nexo de cosas y "con referencia" al sujeto experimentante, pero es con todo la misma en todos los cambios de estado y de aparición que padece a consecuencia de las circunstancias cambiantes, y en cuanto la misma cosa, tiene un acervo de propiedades "permanentes". Esto nos recuerda la lógica formal, que habla de objetos en general y formula condiciones de posibilidad para que una objetividad cualquiera pueda valer como idéntica, esto es, como susceptible de ser mantenida concordantemente en identidad. Todo objeto es lo que es, es decir, tiene contexturas propias, propiedades en las cuales se explana su ser idéntico, y con estas propiedades, que son sus propiedades permanentes, pertenecientes a su identidad, entra el objeto en relaciones, etcétera.