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Ist es nun richtig, daß die Einheit des Menschen die beiden 10Komponenten [Leib und Seele] nicht als zwei nur äußerlich aneinander gebundene Realitäten, sondern als innigst verflochtene und in gewisser Art sich durchdringende Komponenten befaßt (wie sich das in der Tat bestätigt), so wird es verständlich, daß Zuständlichkeiten und Eigenschaften jeder dieser Komponenten als solche des 15Ganzen, des "Ich-Mensch" selbst, gelten.

Andererseits ist es leicht einzusehen, daß das Seelische einen Vorzug hat und das den Ichbegriff wesentlich Bestimmende ist. Fällt die Seele fort, so haben wir tote Materie, ein bloß materielles Ding, 20das nichts mehr von dem Menschen-Ich an sich hat. Der Leib andererseits kann nicht fortfallen. Selbst das Gespenst hat notwendig seinen Gespensterleib. Freilich ist dieser kein wirkliches materielles Ding, die erscheinende Materialität eine Täuschung, aber damit zugleich die zugehörige Seele und so das ganze Gespenst.25

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Ahora bien, si es correcto que la unidad del hombre abraza los dos componentes [cuerpo y alma] no como dos realidades sólo externamente ligadas una a otra, sino como componentes íntimamente entretejidos y en cierta manera compenetrados (tal como se confirma de hecho), entonces se vuelve comprensible que estados y propiedades de cada uno de estos componentes valgan como componentes del todo, del "yo-hombre" mismo.

Por otra parte, es fácil ver con intelección que lo anímico tiene una ventaja y es lo esencialmente determinante del concepto de yo. Si falta el alma, tenemos materia muerta, una cosa meramente material que ya no tiene en sí nada del hombre-yo. El cuerpo, por otro lado, no puede faltar. Hasta el espectro tiene necesariamente su cuerpo espectral. Claro que éste no es una cosa material real, y la materialidad aparente es un engaño, pero con ello lo es a la vez el alma inherente y por tanto el espectro entero.