I2 (21) - Hua IV 95

An sich wäre es nun denkbar, daß Geister nicht nur subjektiv, sondern auch intersubjektiv erschienen, bzw. sich durch ein intersubjektives Erfahren konsequent 15auswiesen auf Grund von bloßen Phantomleibern, etwa sogar bloß visuellen. Ist damit auch die apriorische (obschon gänzlich leere) Möglichkeit wirklicher Gespenster zugestanden, so tritt zugleich hervor, daß ein seelisches Subjekt zwar denkbar ist ohne materiellen Leib, somit als Gespenst statt als natürliches 20animalisches Wesen, aber keineswegs ohne Leib überhaupt. Soll ein seelisches Wesen sein, objektive Existenz haben, so müssen die Bedingungen der Möglichkeit intersubjektiver Gegebenheit erfüllt sein. Solche intersubjektive Erfahrbarkeit ist aber nur denkbar durch 25"Einfühlung", die ihrerseits einen intersubjektiv erfahrbaren Leib voraussetzt, der von dem die Einfühlung gerade Vollziehenden als Leib des betreffenden seelischen Wesens verstehbar ist, in seiner Gegebenheit das Einverstehen des Seelischen fordert und in weiterer Erfahrung dann ausweisen kann. Eben damit 30tritt der Vorzug des Seelischen oder, wenn man will, des Geistigen gegenüber dem Leib hervor, nämlich in dem Grund der Unablösbarkeit[96] des Leibes. Der Geist muß, um objektiv erfahrbar sein zu können, Beseelung eines objektiven Leibes sein (nur eben nicht a priori gerade eines materiellen Leibes), während umgekehrt die objektive Erfahrbarkeit eines räumlichen Phantoms 5oder eines materiellen Dinges keine Beseelung fordert.
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En sí sería pensable ahora que los espíritus aparecieran no sólo subjetiva, sino también intersubjetivamente, o que se acreditaran consecuentemente mediante un experimentar intersubjetivo, sobre la base de meros cuerpos fantasmales, quizá hasta meramente visuales. Si con ello está también concedida la posibilidad apriórica (aunque enteramente vacía) de espectros reales, entonces resalta a la vez que un sujeto anímico sea en verdad pensable sin cuerpo material, esto es, como espectro en vez de como ser animal natural, pero de ninguna manera sin cuerpo en general. Si un ser anímico ha de ser, si ha de tener existencia objetiva, entonces tienen que cumplirse las condiciones de posibilidad de la dación intersubjetiva. Pero tal experimentabilidad intersubjetiva sólo es pensable mediante la "empatía", la cual, por su lado, presupone un cuerpo intersubjetivamente experimentable, que es entendible justamente por quien ejecuta la empatía como cuerpo del ser anímico respectivo, exige en su dación la intracomprensión de lo anímico, y puede luego acreditarlo en experiencia ulterior. Precisamente con ello resalta la ventaja de lo anímico o, si se quiere, de lo espiritual frente al cuerpo, la cual se funda, pues, en la [96]indesprendibilidad del cuerpo. Para poder ser objetivamente experimentable, el espíritu tiene que ser animación de un cuerpo objetivo (sólo que precisamente no a priori justo de un cuerpo material), /131/mientras que, a la inversa, la experimentabilidad objetiva de un fantasma espacial o de una cosa material no requiere animación alguna.