I2 (22) - Hua IV 98

In gewissem Sinne ist es [das reine Ich] in seiner Richtung auf dasselbe allzeit ein freies, 10andererseits ist das Bild vom "sich richten auf" die Erscheinung unvollkommen brauchbar. In gewissem allgemeinen Sinn richtet sich zwar überall das Ich auf das Objekt, aber im besondern Sinn geht mitunter ein vom reinen Ich vorschießender Ichstrahl auf das Objekt hin, und kommen von diesem gleichsam Gegenstrahlen15 entgegen. So finde ich mich im Begehren von dem begehrten Objekt angezogen, ich bin darauf gerichtet, aber so, daß ich zu ihm hinstrebe, ohne es doch im bloßen Begehren zu erreichen. Im Lieben fühle ich mich dem Geliebten zugeneigt, von ihm angezogen, ev. ihm ganz hingegeben, in ihm aufgehend. Im Haß 20dagegen bin ich zwar auch auf den Gehaßten gerichtet, jedoch von ihm abgestoßen. Dabei verhalte ich mich bald als der Anziehung, bzw. Abstoßung folgend, nachgebend, bald ihr widerstrebend, bald bin ich im Aktverhalten "bewegt", bald unbewegt; bald bin ich der aktiv "sich" Bewegende, bald der sich 25nicht Bewegende. So bin ich z.B. in der passiven Trauer "versunken", in einer starren, bewegungslosen Trauer, in einer reinen Passivität. Oder ich bin von einer leidenschaftlichen Trauer erfüllt, als einer "Gemütsbewegung" und doch passiv; oder auch bewegt tätig mich haltend in beherrschter Trauer usw. 30Dagegen bin ich im Handeln praktisch bei der Sache; ich bin im "fiat" zunächst als der praktisch Inszenierende; die Handlung, die nun fortläuft, konstituiert sich als geschehen "im Sinne" meines Willens, als durch mich als frei Wollenden geschehend; stetig bin ich dabei als das Erstrebte hereinbringend, als 35willentlich erzielend. Und jede Phase der Erzielung selbst ist eine solche, in der das reine Willenssubjekt das Gewollte als solches "erreicht".
I2 (22) 134 - Hua IV 98

En cierto sentido, en su dirección a lo mismo es [el yo puro] en todo tiempo un yo libre; por otro lado, la imagen del "dirigirse a" la aparición no es perfectamente idónea. En cierto sentido general, el yo en verdad se dirige por todas partes al objeto, pero en sentido particular, a veces un rayo del yo lanzado por el yo puro va hacia el objeto, y desde éste vienen, por decirlo así, contrarrayos en dirección opuesta. Así me hallo en el desear atraído por el objeto deseado; estoy dirigido a él, pero de tal modo que aspiro a él, sin alcanzarlo, sin embargo, en el mero desear. En el amar me siento inclinado hacia lo amado, atraído por ello, eventualmente entregado totalmente a ello, absorto en ello. Por el contrario, en el odio estoy ciertamente también dirigido hacia lo odiado, y no obstante repelido por ello. En tales casos me comporto tan pronto obedeciendo a la atracción o a la repulsión, cediendo a ellas, tan pronto resistiendo a ellas; tan pronto soy "movido" en el comportamiento del acto, tan pronto no movido; tan pronto soy el que "se" mueve activamente, tan pronto el que no se mueve. Así, estoy, por ejemplo, "abismado" en la tristeza pasiva, en una tristeza rígida, inmóvil, en una pura pasividad. O estoy colmado de una tristeza apasionada, como de una "emoción", y sin embargo pasivamente; o también me muevo manteniéndome activo con la tristeza dominada, etc. En el actuar, en cambio, estoy prácticamente cabe la cosa; estoy en el "fiat" ante todo en cuanto el que pone prácticamente en escena; la acción que ahora va corriendo se constituye como ocurrida "en el sentido" de mi voluntad, como ocurriendo a través de mí como quien libremente quiere; estoy ahí constantemente como /135/el introductor de lo ambicionado, como el que voluntariamente consigue. Y cada fase de la consecución misma es de tal índole que en ella el sujeto volitivo puro "alcanza" lo querido como tal.