I2 (23) - Hua IV 101

Das reine Ich ist also (Q.V.) keineswegs Subjekt, das niemals Objekt werden kann, wofern wir eben den 10Begriff des Objekts nicht von vornherein beschränken und insbesondere auf "natürliche" Objekte, auf mundane, "reale" beschränken, mit Beziehung auf welche der Satz allerdings in einem guten und wertvollen Sinn gelten würde. Denn das ist gewiß sehr bedeutsam, daß das reine Ich allem Realen und überhaupt15 allem anderen gegenüber, was noch als "seiend" bezeichnet werden kann, eine völlig isolierte Stellung einnimmt. Wir können nämlich sagen: alles im weitesten Sinne Gegenständliche ist nur denkbar als Korrelat möglichen Bewußtseins, näher: eines möglichen "ich denke" und somit als beziehbar auf ein 20reines Ich. Das gilt auch vom reinen Ich selbst. Das reine Ich ist durch das reine Ich, das identisch selbe, gegenständlich setzbar.
I2 (23) 137 - Hua IV 101

El yo puro no es, pues (Q.V.), en modo alguno sujeto que nunca pueda ser objeto, con tal que precisamente no circunscribamos desde un principio el concepto de objeto, y no lo circunscribamos en particular a objetos "naturales", mundanos, "reales", con referencia a los cuales, sin embargo, la proposición se sostendría en un sentido bueno y valioso. Pues es ciertamente muy significativo que el yo puro ocupe, frente a todo lo real y en general frente a todo lo demás que pueda ser aún designado como "existente", un puesto completamente aislado. Y es que podemos decir: todo lo objetivo, en el más amplio sentido, es pensable solamente como correlato de la conciencia posible, o más precisamente: de un posible "yo pienso" y por ende en cuanto referible a un yo puro. Esto vale también respecto del yo puro mismo. El yo puro es susceptible de ser puesto objetivamente por el yo puro, idénticamente el mismo.