I2 (29) - Hua IV 112

Es [das reine Ich] gehört als dieses identische, numerisch eine Ich zu "seinem" 35Erlebnisstrom, der konstituiert ist als eine Einheit unendlicher immanenter Zeit. Das eine reine Ich ist konstituiert als Einheit mit Beziehung auf diese Stromeinheit, das sagt, es kann sich als identisches in seinem Verlauf finden. Es kann also in Wiedererinnerungen auf frühere Cogitationen zurücksehen und seiner [113]als des Subjekts dieser wiedererinnerten bewußt werden. Schon darin liegt eine Art Konsequenz des Ich. Denn ein "stehendes und bleibendes" Ich könnte sich nicht konstituieren, wenn sich nicht ein stehender und bleibender Erlebnisstrom konstituierte, also 5wenn nicht die originär konstituierten Erlebniseinheiten wieder aufnehmbar, in Wiedererinnerungen zum Neuauftreten fähige und in Übernahme ihrer Seinsqualität (als seiend in der immanenten Zeit) auftretende wären, und wenn nicht die Möglichkeit bestünde, das Dunkel zur Klarheit zu bringen und das sich konsequent10 Haltende auszuwerten nach seiner immanenten Wirklichkeit, also auf vernünftige Konsequenz zu rekurrieren.
I2 (29) 149 - Hua IV 112

Pertenece [el yo puro], en cuanto este yo idéntico, numéricamente uno, a "su" corriente de vivencias, que está constituida como una unidad del tiempo inmanente infinito. El yo puro uno está constituido como unidad con referencia a esta unidad de la corriente, esto es, puede hallarse como idéntico en su curso. Puede por tanto mirar atrás, en recuerdos, las cogitaciones anteriores y hacerse /150/conciente de sí [113]como el sujeto de estas cogitaciones recordadas. Ya en ello hay una especie de consecuencia del yo. Pues un yo "estable y permanente" no podría constituirse si no se constituyera una corriente de vivencias estable y permanente, o sea, si las unidades de vivencias originariamente constituidas no fueran acogibles de nuevo, si no fueran capaces de presentarse de nuevo en recuerdos, y presentarse con la asunción de su cualidad de ser (como existentes en el tiempo inmanente), y si no hubiera la posibilidad de llevar la oscuridad a claridad y contrastar lo que se mantiene consecuentemente según su realidad inmanente, de recurrir, pues, a la consecuencia racional.