I2 (32) - Hua IV 129

Nun ist es aber klar, daß die apperzeptive Konstitution der Aspekte eine solche ist, daß sich in passend ausgezeichneten 5Kontinuen ihrer Abwandlungen Aspekte höherer Stufe konstituieren als "Einheiten", hinsichtlich welcher die Aspekte im vorigen Sinn als "Mannigfaltigkeiten" fungieren; z.B., um es wieder in einem objektiven Ausdruck anzudeuten, wenn wir bei sonst fixierten Wahrnehmungsumständen (fixierte Körper- 10und Kopfhaltung u. dgl.) bloß die Augen beliebig bewegen, so ist uns nicht nur die Gestalt, sondern auch die Erscheinung von der Gestalt als ein und derselbe Aspekt gegeben. Wir können uns so einstellen, daß wir nicht auf das Ding, sondern auf das "Ding von der Seite", bzw. auf die Seite, die Erscheinungsweise 15des Dinges gerichtet sind und, ohne auf den Bewegungswechsel der Augen und die Erscheinungsmodifikationen dabei zu achten, die "Erscheinung" als eine und dieselbe sehen. Ebenso wenn wir, alle übrigen Umstände fixiert haltend, den Gegenstand bloß phänomenal "entfernt" oder "angenähert" anschauen wollen, 20wobei wir bloß für die Änderung der Tiefenordnung sorgen, während es gleichgültig sei, ob in objektiver Hinsicht, dank entsprechender apperzeptiver Unterschiede, der Gegenstand sich bewußtseinsmäßig von mir entfernt oder ob ich mich vom Gegenstand entferne.
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Ahora está claro, empero, que la constitución aperceptiva de los aspectos es de tal índole que se constituyen aspectos de /168/nivel superior como "unidades" en continuos adecuadamente señalados de sus variantes, unidades respecto de las cuales los aspectos en el último sentido fungen como "multiplicidades"; por ejemplo, para volver a indicarlo con una expresión objetiva, si con el resto de las circunstancias perceptivas ya fijadas (posturas del cuerpo y la cabeza fijadas, y similares) meramente movemos los ojos a discreción, entonces nos está dada como uno y el mismo aspecto no sólo la figura, sino también la aparición de la figura. Podemos ponernos en tal actitud que estemos dirigidos no a la cosa, sino a la "cosa por este lado", o al lado, a la manera de aparecer de la cosa y, sin reparar en el cambio del movimiento de los ojos y las modificaciones de la aparición, vemos la "aparición" como una y la misma. Igualmente cuando, manteniendo fijas todas las demás circunstancias, procuramos intuir el objeto sólo fenomenalmente "alejado" o "acercado", cuidando sólo de la alteración en el orden de la profundidad, mientras que es indiferente si en el respecto objetivo, debido a diferencias aperceptivas correspondientes, el objeto concientemente se aleja de mí o si yo me alejo del objeto.