I2 (45) - Hua IV 165

15Das System der Appräsentationen, das einerseits beim solipsistischen Subjekt seine ursprüngliche Vorlage hat in ursprünglichen Verbundenheiten regelmäßiger Koexistenz, derart, daß die verbundenen Glieder und Gliederreihen in ihrer Kompräsenz nicht nur zusammen da sind, sondern aufeinander 20hinweisen, andererseits aber erst durch fortdauernde Erfahrung schon durch Einfühlung konstituierter anderer Menschen als System geordneter Anzeichen erwächst, bedürfte einer näheren Untersuchung. Beim solipsistischen Subjekt haben wir das ausgezeichnete Tastfeld in Kompräsenz mit der erscheinenden 25Leibesoberfläche, in eins damit das Wärmefeld; in zweiter Linie die unbestimmte Lokalisation der Gemeingefühle (auch der geistigen), ferner der leiblichen Innerlichkeit, vermittelt durch die Tastfeldlokalisation. Z.B. ich "empfinde mein Herz", beim Druck auf die Leibesoberfläche "in der Herzgegend" stoße ich 30gleichsam auf dieses "Herzgefühl", es wird stärker, es wird etwas modifiziert; es ist nicht selbst zur Tastfläche gehörig, aber es hängt damit zusammen. Ebenso, wenn ich überhaupt meine Leibesoberfläche nicht nur berühre, sondern fester auf sie drücke, das Fleisch eindrücke, also mit dem tastenden Finger meine 35Knochen oder inneren Fleischteile "durchfühle" (so ähnlich wie ich bei anderen Körpem ihr Inneres durchfühle), und nun verbinden sich mit den allgemeinen Druck- und Tastempfindungen besondere neue Empfindungen, die dem betreffenden durchgefühlten Leibesteile zugemessen werden. Ferner: solipsistisch[166] gehört zu meiner Augenstellung je ein "Bild"-Aspekt des gesehenen Gegenstandes und so ein Bild der orientierten Umgebung. Aber auch beim Betasten eines Gegenstandes gehört zu meiner Hand- und Fingerstellung je ein Tast-Aspekt 5des Gegenstandes wie andererseits eine Tastempfindung im Finger etc. und natürlich visuell ein gewisses Bild von meiner tastenden Hand und ihren Tastbewegungen. Das alles ist für mich selbst in Kompräsenz zusammengehörig gegeben und geht dann in die Einfühlung über: die tastende Hand des Anderen,10 die ich sehe, appräsentiert mir die solipsistische Ansicht dieser Hand und dann alles, was in vergegenwärtigter Kompräsenz dazugehören muß.
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Exigiría una investigación más detallada el sistema de las apresentaciones, el cual, por un lado, en el sujeto solipsista, tiene su modelo primigenio en los enlazamientos primigenios de la coexistencia regular, de suerte que los miembros y series de miembros enlazados no están ahí solamente juntos en su copresencia, sino que indican unos a otros; por otro lado, empero, nace sólo como sistema ordenado de signos indicativos mediante la experiencia persistente de otros hombres ya constituidos por empatía. En el sujeto solipsista tenemos el señalado campo táctil en copresencia con las superficies aparentes del cuerpo, y a una con ello el campo del calor; en segundo término, la localización indeterminada de los sentimientos y sensaciones comunes (incluso los espirituales), y además de la interioridad corporal, mediada por la localización del campo táctil. Por ejemplo, yo "siento mi corazón"; al presionar sobre la superficie del cuerpo "en la región cardiaca", tropiezo, por así decirlo, con esta "sensación del corazón"; ésta se vuelve más /207/fuerte, se modifica en algo; no pertenece ella misma a la superficie táctil, pero está en conexión con ella. Igualmente cuando no sólo toco la superficie de mi cuerpo, sino que presiono firmemente sobre ella, hundo la carne, y "entresiento", pues, con el dedo que palpa, mis huesos o mis partes blandas internas (de modo parecido a como le entresiento su interior a otros cuerpos), y ahora se enlazan, con las sensaciones generales de presión y tacto, nuevas sensaciones particulares que se adscriben a las concernientes partes del cuerpo entresentidas. Más aún:[166] solipsistamente, en cada caso pertenece a la posición de mis ojos un aspecto-"imagen" del objeto visto y por ende una imagen del entorno orientado. Pero también al palpar un objeto, a la posición de mi mano y mis dedos pertenece en cada caso un aspecto-táctil del objeto, así como, por otra parte, una sensación táctil en el dedo, etc.; y naturalmente, en el lado visual, cierta imagen de mi mano que palpa y de sus movimientos de palpación. Todo ello está copertenecientemente dado para mí mismo en copresencia, y se transfiere luego a la empatía: la mano palpante del otro, que yo veo, apresenta para mí la visión solipsista de esta mano y luego todo lo que tiene que pertenecer a ella en copresencia representada.