I2 (49e) - Hua IV 183

Ganz anders (Q.V.) ist die personalistische Einstellung, in der wir allzeit sind, wenn wir miteinander leben, zueinander sprechen, einander im Gruße die Hände reichen, in Liebe und Abneigung, in Gesinnung und 10Tat, in Rede und Gegenrede aufeinander bezogen sind; desgleichen in der wir sind, wenn wir die uns umgebenden Dinge eben als unsere Umgebung und nicht wie in der Naturwissenschaft als "objektive" Natur ansehen. Es handelt sich also um eine durchaus natürliche und nicht um eine künstliche Einstellung, die erst 15durch besondere Hilfsmittel gewonnen und gewahrt werden müßte. Im natürlichen Ichleben sehen wir die Welt also nicht immer, ja nichts weniger als vorwiegend naturalistisch an --- als wollten wir Physik und Zoologie treiben; als ob unser theoretisches und außertheoretisches Interesse unweigerlich auf 20das Psychische als im Leibe Fundiertes, als vom Leib real Abhängiges, mit ihm real-kausal Verflochtenes gerichtet sein müsse. Selbst für den Zoologen und naturalistischen Psychologen ist das nicht immer der Fall; nur daß er die feste Gewohnheit angenommen hat, deren Schranken er in der Regel nicht mehr 25zu durchbrechen vermag, daß er, sobald er überhaupt wissenschaftliche Einstellung annimmt, dies unweigerlich in der Form naturalistischer (oder, was damit äquivalent ist, auf "objektive" Wirklichkeit gerichteter) Einstellung tut. Er hat habituelle Scheuklappen. Als Forscher sieht er nur "Natur". 30Aber als Person lebt er wie jeder andere und "weiß" sich beständig als Subjekt seiner Umwelt wissenschaftliche Einstellung. Als Person leben ist sich selbst als Person setzen, sich zu einer "Umwelt" in bewußtseinsmäßigen Verhältnissen finden und in Verhältnisse bringen.
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Enteramente distinta (Q.V.) es la actitud personalista, en la que estamos todo el tiempo cuando vivimos uno con otro, le hablamos a otro, le damos la mano a otro al saludarlo, nos relacionamos uno con otro en el amor y la aversión, en la intención y el hecho, en el decir y el contradecir; en la que estamos, igualmente, cuando vemos las cosas de nuestro entorno precisamente como nuestro entorno y no como naturaleza "objetiva", como en la ciencia de la naturaleza. Se trata, pues, de una actitud totalmente natural y no de una actitud artificial que tuviera que ser conquistada /229/y descubierta mediante recursos extraordinarios. Así pues, en la vida natural del yo no vemos el mundo siempre ---nada, en efecto, más lejos que ello--- de modo predominantemente naturalista ---como si practicáramos física y zoología; como si nuestro interés teórico y extrateórico tuviera que estar dirigido ciegamente a lo psíquico en cuanto fundado en el cuerpo, en cuanto realmente dependiente del cuerpo, entrelazado con él de modo real-causal. Esto no siempre es así, ni siquiera para el zoólogo y el psicólogo naturalista; sólo que él ha adoptado una firme costumbre cuyos límites ya no se permite por regla general romper y que consiste en que, tan pronto como adopta en general una actitud científica, lo hace ciegamente en la forma de la actitud naturalista (o, lo que es equivalente, en la actitud dirigida a la realidad "objetiva"). Tiene las anteojeras del hábito. Como investigador solamente ve "naturaleza". Pero como persona vive como todos los demás y se "sabe" constantemente como sujeto de su mundo circundante. Vivir como persona es ponerse a sí mismo como persona, hallarse en relaciones de conciencia y entrar en relaciones con un "mundo circundante".