I2 (51) - Hua IV 196

Zugleich (Q.V.) konstituiert sich die Idee der Welt als Geisteswelt in der Form des Gesamtinbegriffes der miteinander in aktueller oder teils aktueller, teils potentieller Kommunikation stehenden [197]sozialen Subjekte niederer und höherer Stufe (wobei wir die einzelne Person als Grenzfall Null der sozialen Subjektität mit einschließen) in eins mit dem zugehörigen Gesamtinbegriff der sozialen Objektitäten. Für jedes Subjekt, das in dieser Weise 5Glied eines sozialen Gesamtverbandes ist, konstituiert sich eine und dieselbe, obschon vom "Standpunkt" dieses Subjekts mit einem entsprechenden (also von Subjekt zu Subjekt wechselnden) Auffassungssinn aufgefaßte und gesetzte Geisterwelt: eine verbundene Vielheit von Subjekten, von Einzelgeistern 10und geistigen Gemeinschaften, bezogen auf eine Dingwelt, eine Welt von "Objekten", d.i. eine Wirklichkeit, die nicht Geist, aber Wirklichkeit für den Geist ist, andererseits doch als Wirklichkeit für den Geist immerzu auch begeistete, geistig bedeutsame ist, geistigen Sinn in sich tragend und 15für immer neuen solchen Sinn empfänglich
I2 (51) 242 - Hua IV 196

Se constituye a la /243/vez (Q.V.) la idea del mundo como mundo del espíritu en la forma de la suma total de los sujetos sociales de nivel inferior o superior (e incluimos aquí a la persona singular como caso límite cero de la subjetividad social) que están unos con otros en comunicación actual, o en parte actual y en parte potencial, [197] a una con la inherente suma total de las objetidades sociales. Para cada sujeto que de esta manera es miembro de un conglomerado social total, se constituye uno y el mismo mundo de espíritus, aunque aprehendido y puesto desde el "punto de vista" de este sujeto con un sentido aprehensivo correspondiente (es decir, cambiante de sujeto a sujeto): una multitud enlazada de sujetos, de espíritus singulares y comunidades espirituales, referidos a un mundo de cosas, un mundo de "objetos", esto es, una realidad que no es espíritu, sino realidad para el espíritu, y que, por otro lado, sin embargo, en cuanto realidad para el espíritu, está siempre también espiritualizada, es espiritualmente significativa, portadora en sí de sentido espiritual y siempre dispuesta a recibir nuevos sentidos espirituales.